domingo, abril 26, 2015

Dans la cour


Otra película francesa del ciclo de V.O. Un deprimido artista metido en drogas se coloca como portero de un edificio de París. Allí, en el patio del edificio, empieza a interactuar con los vecinos: un joven drogadicto con una historia detrás, un vagabundo inmigrante, la mujer del dueño del edificio que empieza a envejecer y a desvariar.... El portero, en su depresión, se convierte en una especie de ángel del guardia de todos los desdichados habitantes del edificio, mientras él, se va desvaneciendo en su tristeza.

Ah, a todo esto, Catherine Deneuve envejeciendo con envidiable nobleza. Jolie.

A most violent Year


Más vamos al cine desde que nos lo ponen en V.O. en Ciudad Real, aunque muchas veces para ver películas poco interesantes. Este no era el caso. A most violent Year trata de cómo en EE.UU. la gente lucha por triunfar en los negocios, generalmente controlados por cárteles que controlan la actividad y deciden quien puede y quien no entrar en un negocio, en este caso el gasóleo para calefacción. Todo ello, edulcorado por fiscales que son más políticos que fiscales, y usan los casos que investigan para su propia promoción personal.

Interpretado por un gran y camaleónico Oscar Isaac (que hace poco vimos en Ex Machina), y que promete va ser uno de los actores del próximo decenio (hasta que Hollywood lo queme y lo sustituye por otro, ley de vida, supongo). La ambientación ochentera muy lograda, me gustó. Recomendable.

Jeune et Jolie


Otra incursión en los ya veteranos ciclos de cine francés en V.O. (cuanto buen cine han visto mis ojos gracias a ellos), esta vez para ver la penúltima película de François Ozon, que ya nos encandilara con la maravillosa e inquietante, "En la Maison".

Jeaune et Jolie es otra película no menos inquietante. Una bella adolescente, criada en una familia más o menos feliz y que lo tiene todo, se prostituye más por correr emociones que por otra cosa, y ahí se abre un círculo en el que los personajes van lidiando situaciones incómodas sin parar. A mí me gustó, pese a lo complejo del tema que en esta sociedad hipócrita en que vivimos no queremos ver, porque incomoda, porque unos lo ven normal, otros una labor social, otros una actividad económica, y otros, quizás solo veamos como nuestro lado animal nos tiene muchas veces mucho más dominados de lo que nos creemos.

Interesante como poco, quizás la película no guste a algunos, no por la peli en sí, sino por el tema que trata, ya se sabe eso de que ojos que no ven... Fascinante e inquietante Charlotte Rampling, como siempre. Hay que seguir a este Ozon.

ASFALTO EN EL QUIJANO


Seis años después de verlos en Torralba, volvía a ver a Asfalto en directo, este vez en el Quijano, de nuevo con mi amigo el Worla. Extraño ver conciertos de rock en el Quijano, pero como cada vez estamos más mayores (afortunadamente), pues la verdad es que no está mal, aunque se echaran de menos las cervezas.


Nuevo trabajo de los Asfalto "El color de lo invisible", y nueva formación, con el incombustible Castejón al frente, como siempre muy bien arropado, ahora con su hijo a la guitarra. El tiempo pasa. Como hoy internet lo permite todo, me bajé el disco para escucharlo con cuidadito y así, disfrutar más del concierto. Y claro, como es bueno, y uno es un vicioso de estas cosas, al final del concierto me hice con mi copia, porque hay que apoyar a los artistas, porque me encanta poner los discos en equipo de música (que le den al Spotify, ya decía que vamos para viejos).

No eramos muchos pero tampoco pocos. Intuyo que entorno a los 500, aunque era difícil saberlo. El concierto tuvo una primera parte en la que tocaron algunos temas del nuevo disco, bastante bueno en mi opinión, mezclado con alguna "buena intención", como "algo más que una intención". Por allí pasaron algunos clásicos como días de Escuela, o el Capitán Trueno.


Tras un pequeño descanso, Julio y su hijo nos hicieron un pequeño acústico, abierto por unas estrofas de You've got a friend, ese tema eterno popularizado por James Taylor. El joven nos deleitó con su majeno de pequeñas guitarras chillonas, y el padre con su saber estar en el escenario.

Al final, con todo la banda, unos pocos temas más, cerrando un gran concierto ese Rocinante abandonado por un Quijote tractorista que, cómo no, nos evocó nostalgias de tiempos pasados, ni mejores, ni peores, solo pasados.

Brindo porque dentro de otros seis años, si no antes, volvamos a disfrutar de Asfalto.