domingo, abril 22, 2012

Claus y Lucas

Inquietante trilogía sobre dos gemelos separados por la guerra, sobre la crueldad humana. El libro se compone de tres partes. La primera es la más inquietante, puesto que retrata las vivencias de dos niños tan inteligentes como pragmáticos en tiempos de guerra. Ese pragmatismo les lleva a ser insensibles y crueles, lo que les ayuda a sobrevivir en tiempos difíciles.

La segunda parte explica como uno de ellos se convierte en una especie de buen samaritano en un tiempo convulso, ayudando a los demás, pero también con un marcado egoísmo.

La tercera parte ayuda a entender las anteriores, lo que queda de un pasado vivido, y de otro imaginado. El estilo directo del libro hace que se lea fácil, a lo que ayuda lo muy fragmentado del discurso. Un libro interesante.

Aldeaquemada Trekking

Que también podría ser, senderismo por Aldeaquemada, pero eso reduciría el número de lectores internacionales de este blog de uno a ninguno. Bueno, en Semana Santa no solo hubo bici, sino que también le dimos al zapato.

Iniciamos nuestro camino llegando a un lugar muy curioso, el Cimbarrillo, una especie de trinchera abierta por la erosión de un pequeño arroyo.


Aproveché el relajo de ir a pie para darle una oportunidad a la Canon tras su paso por la enfermería, aunque la verdad es que no le dediqué demasiada pasión a las fotos, entretenido como estaba con no tropezar con nada. Llegando a la cascada de la foto de arriba, los aullidos de un perro nos llamaron la atención. Allí apareció un cachorro color canela que tenía pinta de estar muy perdido.


El perro se vino con nosotros de vuelta hasta la Cimbarra. Por allí, decidió irse con unos perroflautas, que el prometían una vida llena de emociones más interesantes que las nuestras. Un problema menos.

En la Cimbarra, estuvimos andurreando por la parte alta de la caída de agua...

... y por la parte de abajo, no sin antes zamparnos unos bocatas en el corte que se ve en el centro de la imagen de arriba.

Luego, nos fuimos a hacer otro corto recorrido a la cueva de los muñecos y subida al castillo, desde donde las vistas de la carretera, el antiguo Camino Real de Andalucía, son impresionantes.

De entre dos rocas aparecen los nuevos viaductos que liberarán el viejo trazado del tráfico de paso, lo que permitiría su recuperación como vía recreativa, algo que mucho me temo no va a pasar. Tant pis.

Me quedó la impresión de que quedan muchas cosas por ver por esta zona, que tanta gente atraviesa camino de Andalucía, pero que muy pocos se paran a disfrutar.

sábado, abril 14, 2012

De bici por Aldeaquemada

Esta semana santa nos desconectamos de la rutina en Aldeaquemada, un bonito pueblo de colonización de Sierra Morena. Dedico este post a la ruta principal en bici que me bajé de internet y seguimos sin muchos problemas gracias al GPS. Si saco un rato y ganas, ya hablaremos del resto.

La ruta comienza con una visita a la Cimbarra, la cascada de Aldeaquemada.

Después nos adentramos en una reserva en la que vimos muchas ciervas con sus crías, pero ni un solo macho. El paisaje espectacular nos llevó junto a un bonito arroyo.

Después, la primera gran subida de la ruta, que a mitad de camino nos llevó a un curioso cortijo abandonado con era y todo, donde hicimos una pequeña parada.

Luego seguimos subiendo por una Cañada que nos llevó hasta una bajada emocionante que a algunos nos recordó una que en Bulgaria llevó a suelo a la amiga tovarich: roderas profundas y arena suelta. Por allí dimos con un grupo de campistas (ilegales) en un prado (poco después encontraríamos otro grupo similar).

Un single track por dentro de un bosque nos llevó hasta una pista en una zona llena de pinos, y una fuerte bajada nos dejó junto al río donde paramos a comer, y justo al terminar la comida, nos cayó un pequeño pero molesto chaparrón.

La subida tras la comida, larga, de pendiente sostenida, pim, pam, marcando un ritmo potente que nos ayudó a bajar el bocata.

Acabando la subida, parada junto a un árbol seco para foto del paisaje. Poca ruta nos quedaba ya, seguir por el bosque, muy bonito, y una bajada rapidísima por la carretera que nos llevó de vuelta a Aldeaquemada.

En resumen, IBP de 79, más de 1000 m de subida, ciervos, emociones, buena compañía... un gran día de bici.


Al día sigueinte nos acercamos al Cimbarrillo, y aproveché para retratar a la bici junto a los curiosos estratos de la zona. Esta me parece que va a ser una de las últimas fotos de la TREK en su configuración actual, porque tras cinco años y unos 20.000 km, este fin de semana su cuadro dijo basta. Ahora a ver si eso de la garantía de por vida de los cuadros TREK es cierto. Ya informaré.

lunes, abril 09, 2012

El séptimo invadió Madrid

Hace casi un mes (se me amontona el trabajo), el 7º Piñón, guiado por su infalible Sherpa, se lanzó a la invasión de Madrid, a demostrarle a los madrileños que se pueden hacer 70 km por la capital de España sin atropellar a ningún coche.

Iniciamos nuestra ruta en la ermita del Santo, para dirigirnos por el río hacia la Casa de Campo, por la que anduvimos arriba y abajo, llamando la atención de muchos de los ciclistas que nos confundían con rutas organizadas por alguna de las famosas tiendas de Madrid, a las que no hago referencia para no hacer publicidad.

De allí seguimos el Manzanares hasta cruzar el puente de Fernando VI y volver por el puente de los franceses hasta el Paseo de la Florida, y de nuevo al río, que por entonces estaba bastante más poblado de gente, pero que pudimos atravesar sin contratiempos.

En el parque del Manzanares, en un auditorio de madera, paramos para comer, cada uno lo suyo- A mí me salvó la compra fugaz en un mercadona de un compañero de ruta.

Luego nos subimos a los dos cerros de la zona creados sobre las antiguas escombreras de la ciudad, uno de ellos presidido por la escultura homenaje al dolor de cabeza (ver foto de portada).

Las vistas de todas las infraestrucutras de transporte de entrada en Madrid impresionante. Allí andaban unos erasmus con bicis de la Complutense, a los que les costó bastante más que a nosotros llegar a lo más alto del cerro.

Postrero acercamiento al Manzanares, y anillo verde hacia el norte, siguiendo casi sin parar hasta llegar a la altura del Pirulí, donde tomamos el carril bici de la Calle O'Donnel, que para sorpresa de muchos, nos dejó en una de las puertas del Retiro.

El Retiro lo atravesamos en grupo con cuidado, porque había mucha gente, pero demostramos que la convivencia peatón-ciclista solo es cuestión de voluntad y educación.

Salimos a Atocha, que bordeamos pasando por la parada de los taxis, y tras un corto tramo por una calle secundaria del ensanche sur de Madrid, tomamos de nuevo el carril bici del pasillo verde (no sé qué tiene de verde) ferroviario, que nos llevó de nuevo al río, y de allí al autobús, no sin antes para a ver un curioso puesto de recarga de coches eléctricos (de momento, solo marketing, el coche eléctrico no solucionará los atascos).

Y así acabo un día con mucha juerga y buen rollo que quedó para la posteridad gracias al vídeo de elaboración casera y alta calidad realizado con cámara de fotos Acme que podéis ver al final de este post. Un gran día, y una recomendable aventura.

lunes, abril 02, 2012

Coria y las Hurdes

Una de esas visitas pendientes desde que, hace muchos años, en un viaje de trabajo con un Xantia alquilado y la BSO de los Chicago (cassette comprado en gasolinera) me quedé a las puertas de esta ciudad donde mi padre siempre cuenta que comenzó su carrera profesional. Si además uno va bien acompañado y tiene la Canon reparada, el viaje se presentaba perfecto pese al clima variable.

Coria tiene un casco histórico impresionante, que desgraciadamente está poco habitado y además, tiene demasiados coches estropeando fotos, vistas y paseos... que manía meter los coches indiscriminadamente donde no son necesarios. Yo dejé el mío fuera, y caminé unos 300 metros hasta el hotel, ¡peazo proeza!

Las viejas casas del casco solo las ocupan las peñas para las ferias cuando se celebran los encierros (conocida es la taurofilia/taurofobia de estas gentes, les gustan los toros, pero básicamente para putearlos, véase el toro de Coria). Las peñas despliegan toda su creatividad para decorar las casas.

Para evitar colisiones en las salidas desde la muralla, han puesto estos dobles espejos tan fotogénicos.

El día de llegada estaba nublado y era tarde, así que no era el mejor momento para las fotos. El domingo, en cambio, aprovechamos la mañana para fotografiar el puente sobre el Alagón, curioso puente sin río.

El sábado nos acercamos a las Hurdes, otra de esas zonas que quería visitar desde que tuve noticia del viaje de Alfonso XIII para descubrir el abismo que separaba a las dos Españas en los años 20.

Los pequeños pueblos de las Hurdes sufren de despoblación, de abandono y de un cierto descontrol urbanístico/paisajístico. Aún así, algunos mantienen ese sabor casi neolítico.

Imágenes de contraste entre el pasado remoto y el pasado reciente, porque presente se ve poco.

Los dueños y señores de muchos de estos pueblos son los gatos que campan a sus anchas, como permanentes vigías de un territorio abandonado.

Por la tarde hicimos un poco de senderismo hacia un bonito meandro del Alagón, coincidente con la cola de un embalse.

El domingo nos acercamos a Granadilla, un curioso pueblo abandonado como consecuencia de la construcción de un embalse, ahora convertido en campo de trabajo para jóvenes y adolescentes. El pueblo conserva una impresionante muralla, así como una torre fortificada.

El resto del pueblo está en ruinas, a excepción de las casas rehabilitadas para los jóvenes. Un guardia riguroso cierra y abre el pueblo, con lo que si lo quieres ver, infórmate antes del horario de visitas.

Ya de vuelta paramos en Galisteo, un pueblo también amurallado, con sabor y cierto abandono, del que me llamaron la atención las casas construidas contra la muralla. Hice muchas más fotos, pero con estas es suficiente para tener una muestra.