El último día de la Garris lo dedicamos a pasear la ciudad hasta la hora de ir al aeropuerto. Como era 1 mayo y era la fiesta del trabajo había cierto ambiente en el centro de Darmstadt. Abajo, un chaval disfruta de una triciclo festivo.
En el centro está la universidad. Como se pude ver, aunque era fiesta, había no pocas bicis.
Paseando por un parque impoluto descubrimos a un grupo de jóvenes que se dedicaban a hacer equilibrismo en la cuerda floja. Aquí en España, lo hacen los políticos/baqueros, pero sin red, bueno si, la red somos nosotros.
El parque estaba super limpio, y eso que la noche de antes algunos habían estado de botellón por allí, pero dejaron sus residuos perfectamente apilados en las papeleras. Disciplina (y educación) alemana.
Dentro del parque, unos impresionantes jardines barrocos pertenecientes a un palacio de un noble, pero no hicimos nada por descubrir cual.
El palacio era un poco pastiche, pero tenía su encanto.
Luego nos fuimos a otro parque donde hay unos edificios muy singulares, casas de artistas o algo así., incluida una especie de iglesia barroca u ortodoxa.
Las viejas murallas han sido aprovechadas para un bike park, donde chavales y no tan chavales disfrutaban de hacer un poco el cabra.
La noche anterior salimos a tomar unas cervezas por la ciudad, de marcado carácter universitario, con lo que había mucho ambiente y bicicletas, algunas que se dejaban fotografiar y todo.
En el centro está la universidad. Como se pude ver, aunque era fiesta, había no pocas bicis.
Paseando por un parque impoluto descubrimos a un grupo de jóvenes que se dedicaban a hacer equilibrismo en la cuerda floja. Aquí en España, lo hacen los políticos/baqueros, pero sin red, bueno si, la red somos nosotros.
El parque estaba super limpio, y eso que la noche de antes algunos habían estado de botellón por allí, pero dejaron sus residuos perfectamente apilados en las papeleras. Disciplina (y educación) alemana.
Dentro del parque, unos impresionantes jardines barrocos pertenecientes a un palacio de un noble, pero no hicimos nada por descubrir cual.
El palacio era un poco pastiche, pero tenía su encanto.
Luego nos fuimos a otro parque donde hay unos edificios muy singulares, casas de artistas o algo así., incluida una especie de iglesia barroca u ortodoxa.
Las viejas murallas han sido aprovechadas para un bike park, donde chavales y no tan chavales disfrutaban de hacer un poco el cabra.
La noche anterior salimos a tomar unas cervezas por la ciudad, de marcado carácter universitario, con lo que había mucho ambiente y bicicletas, algunas que se dejaban fotografiar y todo.
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