Viaje por motivos laborales a la Borgoña y al Franco Condado (que en su día fue español), provincias de Francia que, como puedo comprobar cada vez que por allí me pierdo, es mucho más que París. En Dijon las calles del centro estaban decoradas con banderas de tufo medieval, pocos coches, acceso restringido, peatonal... Ciudad interesante.
Bastante patrimonio, iglesias con fachadas interpuestas, ciclistas... Desgraciadamente, nuestras obligaciones laborales no nos dejaron mucho tiempo para disfrutar de la ciudad. Pero la verdad es que tiene muy buena pinta y hay algo más que mostaza, como comprobamos a la hora de la cena.
En Besaçon tuvimos un poquito más de tiempo y pudimos disfrutar de las fortificaciones de Vauban, con cena que te cagas en el castillo incluida. La ciudad se sitúa en un meandro del río (parecido a Toledo) y todo su perímetro está amurallado por murallas del XVII en su mayoría.
El centro como todas las ciudades francesas, edificios históricos, mansardas, pizarra en los tejados, calidad en la urbanización, limpieza, bancos de diseño, bicicletas, grandes áreas peatonales, vamos, como Ciudad Real (definitivamente, hay que viajar más, sobre todo nuestros cateto políticos municipales, de todos los colores).
Por cierto, en Francia, los carteros reparten en bici. Ah, la France, como me puede gustar tanto un país cuando su gente me gusta tan poco (aunque hay de todo y con algunos me llevo bien y todo...) Je ne sais pas.
P.D.: He renovado la plantilla del blog, no sé si se quedará así, pero bueno, renovarse o morir. Vaya, la tenía que haber dejado como estaba ;-)
1 comentario:
Yo estuve viviendo en Dijon y sí, es una ciudad muy cuidada, con mucho ambiente cultural y se nota que es una región con muchas pelas. Y la gente, pues hay de todo, pero por mi experiencia, encantandora.
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