Ayer nos fuimos a ver esta película de Scorsese. Mi primera película en 3D (y la última, espero), la invención de Hugo. Una película de contrastes porque tiene una historia interesante, los actores son muy buenos, los efectos especiales también, y sin embargo, no termina de funcionar.
Ambientada en, yo diría, la estación de Lyon, un niño huérfano (un poco increíble) se obstina en arreglar un autómata que dibuja mensajes ocultos y que le acaba llevando (tras un buen rato de película) a uno de los pioneros del cine mudo, ese cine de antes de que el cine se instalara definitivamente en Hollywood. Un homenaje a este cine tan apasionante, curiosamente coincidiendo con el éxito de “the artist”.
Quizás el 3D obliga a excesivos planos innecesarios, quizás la persecución del policía de la estación (un sorprendente Sacha Baron Cohen) resulte cansina, quizás la ambientación tan "de cuento" acabe haciendo la película un poco increíble de más, el caso es que la peli es lentorra y, a veces, hasta aburridota. Si a eso le sumas la falta de contraste resultante de la polarización de las gafas del 3D, pues un pena. Esta claro que el cine no necesita los 3D; quizás no necesita ni el color, ni el audio como hace poco nos demostraron.
Y es una pena, porque es una peli de esas que tendrías que salir maravillado, y sales con un cierto sabor de "sí pero no". Quizás el problema es que es una peli para niños y no lo parece, o nosotros ya no lo somos. Habrá que preguntar a algún crío a ver que le parece.
Un curioso fallo, una peli que se ambienta en la posguerra de la primera guerra mundial, aparece un cine como “cine mudo”, en un tiempo en el que todo el cine era mudo.
Una curiosidad, la peli reproduce, con calzador eso sí, y cambiando de estación, el famoso accidente de la Gare de l’ouest, que algunos conocimos gracias al heavy metal. ¡Qué gran fuente de conocimiento, a lo tonto a lo tonto!
Por cierto, peazo disco de los Mr. Big, pero eso es otra historia.
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