miércoles, octubre 30, 2019

Escapada alforjera por el valle de Alcudia

 Aprovechando que se acaba el buen tiempo, escapada con el equipo calipo al sur vacio, que no vaciado, de la provincia de Ciudad Real. Salimos después de comer para ir hacia Puertollano por la antigua carretera, la N-420, que tiene poco tráfico gracias a la construcción de una autopista en paralelo. Al paso de Argamasilla de Calatrava, me llamó la antención el antiguo cuartel de la Guardia Civil, demolido, pero manteniendo la divisa de la Benemérita.
Tras cruzar Puertollano, seguimos el carril bici que pasa junto a la vieja central de la Sevillana y conduce a la dehesa boyal. El puerto de Mestanza no es excesivamente duro, pero hay que subirlo. Pasamos la noche en Hinojosas, en la recomendable "casa del Valle", también regentada por un aficionado a la bici.

El sábado era la etapa reina. Pasamos por Mestanza, un pueblo que da la sensación de languidecer olvidado del mundo. Desde allí, por un paisaje muy bonito, bajamos hasta el río Montoro, donde la carretera cruza hacia la Solannilla del Tamaral. Allí comenzó la larga y dura subida hacía San Lorenzo de Calatrava.


En San Lorenzo comimos muy bien en la casa rural del pueblo. Esto si que es la España olvidada, lejos de todo, sin muchas alternativas, pero en un entorno priveilegiado. Pudimos disfrutar de un hermoso ejemplar de aguila, real por el enorme tamaño me atrevería a decir. Le hice una foto a la pequeña iglesia del pueblo.

Pasando por El Viso del Marqués, donde nos asomamos al fantástico Palacio del Marqués de Santa Cruz, y ya cansaditos, nos dirigimos a Almuradiel, pueblo de colonización de los tiempos de Carlos III, porque en el Viso no hay donde dormir :-( Almuradiel es curioso aunque pequeño, merece la pena el paseo.

El domingo otros 90 km por delante para regresar a Ciudad Real. La primera mitad del viaje iba de recorrer los pueblos de colonización de los tiempos de Franco. Pasamos por Bazán, Villalba de Calatrava con su singular distribución urbana y su hermosa iglesia, Mirones y Umbría de Fresneda.


Las carreteras de la zona fueron construidas por el Instituto Nacional de Colonización, cuyo logo fue grabado en los hitos kilométricos.
Antes de salir de la Encomienda de Calatrava, pasamos junto a una interesante quitenría de arquitectura popular de la zona.

Vuelta por Calzada de Calatrava con su fantástico silo pintado por el proyecto Titanes del artista cantrabro OKuda, y luego a Aldea del Rey donde comimos. El resto del viaje fue rodar cómodamente con ganas de llegar a casa. Un buen viaje por una tierra olvidada... ellos se lo pierden.

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