A veces cuando las cosas no se planean mucho, es cuando mejor salen. Casi sobre la marcha, montamos una escapada a Santa Cruz de Mudela para dar una paseo en bici por esos lares, gracias a los anfitriones, que hicieron de guía.
Ruta bonita, por un viejo camino que marca los límites de los términos municipales. Luego, pasamos por la finca Peñalajo, una gran finca de la zona, que en su día tuvo hasta estación de ferrocarril.
El vigilante de la finca nos dijo que no debíamos pasar por allí, curioso porque el camino es público (basta consultar el catastro que ya está disponible en red). Argumentó que el ¿MOPU? había cortado la servidumbre, no anda muy puesto el hombre. Como no queríamos discutir y él tenía pinta de no despeinarse ;-), decidimos no comprar queso y seguir nuestro camino. Que fobia a sus semejantes tienen los dueños de fincas, deberían hacérselo mirar.
Volvimos sin más novedad hacia Santa Cruz, atravesando las obras de rectificación y mejora de accesos de la A-4. De vuelta, un simpático molino de viento.
Luego, comilona, tertulia, y recogida. Una buena fiesta para despedir el verano que se fue mientras comíamos. Esperemos que el año que viene quiera volver por aquí.
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