Con retraso, actualizo vivencias atrasadas, algunas más de un mes (se me acumula el trabajo, lo cual es un gran síntoma). Una de ellas mi cuarta Garris, que tras los excesos del Algarve (Portugal), Escocia y Las Landas (Francia), vivió una edición de crisis (solo en lo económico) en Jerez de la Frontera. Nos alojamos en una antigua casa en mitad de los viñedos de los que se saca la uva para el Xerry.
La casa era muy chula, con una pequeña piscina que, a petición de uno de los jugadores, fue transformada (más o menos) en olímpica ;-)
El primer día jugamos en Jerez, en el Xerry Golf. Como la organización de este año eligió el naranja, la verdad es que los hombres Garris no pasaban desapercibidos en el campo. Me refiero a la calidad del juego. Algún Marshall cachondo nos preguntó si veníamos a arreglar las calderas, no sé por qué.
El segundo día jugamos en el Arcos Garden, un campo precioso, muy molón y un poco pijete. El hoyo de la foto, verdaderamente espectacular. Este año tampoco gané, pero precisamente el año que llegué habiendo jugado menos, resultó que fue el que mejor se medió el tema (supongo que precisamente por ello). Con ello, me ahorré pagar la cena, siempre hay una primera vez.
Después del golf, como el año pasado, los Karts. Un error en la calificación me mandó para atrás, con lo que en la primera carrera anduve penando para remontar (y no lo logré). En la segunda pelée de lo lindo con un par de chavales que aparecieron por allí que la verdad sea dicha, andaban bastante bien. También lo pasamos que no nos dimos cuenta de los golpazos contra el asiento que nos llevamos, con lo que anduve unos cuantos días magullado, y creo que no fuí el único.
No hay comentarios:
Publicar un comentario