jueves, agosto 30, 2012

Pollo con ciruelas

Otra vez al cine a ver una película francesa, otra vez un acierto, otra vez un film que merece la pena. La verdad es que el cine francés está a un nivel que ya quisiéramos aquí, pero está claro que en Francia consideran el cine como parte de su cultura y como una manera de defender su idioma (aunque luego aquí la petemos doblando las pelis).

Se trata de un cuento, fantástico pero real, ambientado en un éxotico Irán de los 50, pero que en realidad podría ser cualquier lugar, tanto da. Una historia que, aún conociendo su desenlace desde el princpio, se va revelando poco a poco, acompañada por otras historias secundarias cortas dentro de la principal. Vistosos recursos visuales y efectos especiales sencillos para dar algo de magia, un reparto internacional muy interesante, una música protagonista sin atufar, para adrezar una bonita historia de cómo el amor es la inspiración de nuestras habilidades, la esencia invisible que nos hace ser como somos. Una bonita historia contada con habilidad y de manera sorprendente. Como decía al principio, merece la pena.

lunes, agosto 27, 2012

El frío modifica la trayectoria de los peces

Librito ligero para leer a la orilla del mar (Mediterráneo), despanzurrado a la sombra, disfrutando de una suave brisa, del silencio de las olas...

Se trata de un cuento, de una historia optimista que intenta mostrarnos cómo las personas somos mejores cuando nos olvidamos de las tonterías intrascendentes de la vida que nos absorben el cerebro mientras no vemos lo más simple, y cómo un cambio en la monotonía (en este caso un fenómeno meteorológico), puede revolucionar nuestra existencia. Evidentemente, el cuento es ideal, las situaciones perfectas, y el resultado idílico. Pero, ¿qué tiene de malo pensar que, aunque solo sea de vez en cuando, las cosas pueden salir bien?

domingo, agosto 05, 2012

Calderón en Almagro

En la vida todo es verdad y todo mentira.

La segunda obra que este año acabé viendo sorpresivamente (hasta el mismo día de la obra no me enteré de que me invitaban) en el festival de teatro clásico de Almagro fue la obra de Calderón de la Barca titulada "En la vida todo es verdad y todo mentira" a cargo de la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

Se trata de un espeso, denso y profundo texto en el que Calderón, a través de las reflexiones de sus personajes, se hace preguntas sobre la realidad, la verdad y la mentira, sobre si lo que creemos que es, es, y lo que no, no. ¿Te has enterado? Pues al texto de Calderón le pasa parecido. Menos mal que el montaje es muy bueno, y que a la CNTC de momento no le han debido de recortar mucho y pueden permitirse sacar a escena un ejercito de actores y actrices, además de unos músicos, de modo que la obra se hace llevadera, con un montaje original que juega con el vestuario y los personajes para mostrarnos las distintas situaciones del complejo texto. Además tuvimos la inmensa suerte de ir el día que la obra era adaptada para personas con discapacidad auditiva, de modo que los sobretítulos nos ayudaron a seguir el texto y sus circunloquios (no sé lo que es un circunloquio pero, ¿a qué queda bien?).

Las fotos, como en la otra entrada, como no dejan hacer fotos en el teatro (es que son unos antiguos), pues tiramos de las fotos de Guillermo Casas del Flicker del Festival.

sábado, agosto 04, 2012

Barroco cubano en Almagro

Donde hay agravios, no hay celos

Un año más al teatro, a Almagro, este año, inesperadamente, y por partida doble. La primera obra que vimos fue "donde hay agravios no hay celos" de Rojas Zorrila, interpretada por una compañía cubana, Mephisto teatro., gracias a que nos tocaron las entradas en un sorteo.

Con un curioso y muy vistoso vestuario, nos llevan a las típicas intrigas de engaños, celos y agravios que llenan nuestro teatro clásico. Un señor y su sirviente que intercambian papeles para saber si la prometida del primero es merecedora de su amor, o se trata de una pelandrusca que se va con el primero que pasa, que resulta ser el asesino del hermano y desvirgador de la hermana del protagonista, pero que resulta que lo hizo todo sin querer (cosas del teatro clásico), parejas que se entre cruzan y finalmente se reencuentran, para que el amor triunfe.

Me gustó la interpretación, resultando curioso el acento cubano. El vestuario y la movilidad de los personajes hizo el resto. Una buena noche.

P.D.: Como no se puede hacer fotos en el teatro, tiro de las fotos de Guillermo Casas del Flicker del Festival.

jueves, agosto 02, 2012

Garage à Velos

Volviendo de Belfort paramos en la estación de St. Louis para coger el bus que lleva al euroaeropuerto de Basilea. En la estación, nos encontramos con una curiosa jaula llena de bicis para protegerlas del robo.

Según dice el cartel, te sacas una especie de tarjeta para poder abrir la jaula y dejar allí tu bici. En todo caso, la SNCF (RENFE francesa) no se hace responsable de lo que le pueda pasar a tu bici.

En las proximidades comprobamos la necesidad/utilidad de estos mecanismos: una bici con el cuadro cogido con un candado rígido había perdido su rueda trasera que "solo" estaba protegida por un cable de espiral.

Estos cables se cortan en cuestión de segundos, como se ve en la foto.

miércoles, agosto 01, 2012

Belfort

Segunda etapa del viaje a Francia, Belfort es una ciudad fronteriza cercana a Suiza y Alemania donde la historia situó varios sitios en las habituales guerras con los alemanes. En la Franco-prusiana, cuando los franceses perdieron Alsacia y Lorena, se quedaron con Belfort, que resistió heóricamente el sitio. Para conmemorarlo, el escultor Frédéric Auguste Bartholdi hizo el enorme León que descansa al pie de la ciudadela. Bartholdi igual no te suena, pero hizo una estatua muy grande que los franceses regalaron a los americanos y que recibía a los inmigrantes en Nueva York...

Llegamos a Belfort el mismo día que salió de allí una etapa del Tour de Francia, con lo que todavía quedaban coches y camiones de la caravana ciclista. En Francia, cuando el Tour pasa por una ciudad, toda ella se vuelca con el acontecimiento y las bicis lo llenan todo.

Todos los comercios colocan bicis en sus escaparates y pugnan por ser los más imaginativos y creativos y, como se ve arriba, lo consiguen plenamente.

En la plaza principal de Belfort, la organización del Tour había colocado un pantalla gigante para que los ciudadanos pudieran seguir la etapa del día, sentados a la sombra, tomando cervecitas, pas mal.

Visitamos la ciudadela que tiene un buen museo de las diversas guerras por allí acaecidas, y además, se pueden visitar las muchas galerías subterráneas siguiendo un interesante montaje audiovisual, solo disponible en francés, inglés y alemán (el español no es relevante, se ve).

En la pared de la ciudadela unos militares se dedicaban a bajar rapelando, se les ve pequeños en la imagende arriba, pero se les ve.

En la ciudadela se conserva un M4 Sherman de la Segunda Guerra Mundial en el que parece que falleció un libertador famoso de la ciudad.

En la parte trasera de la ciudadela hay un pequeño cementerio en el que reposan casi mil soldados franceses muertos en la primera guerra mundial. Se ve que el frente estuvo por aquí cerca también. Belfort es una ciudad pequeña, pero curiosa de visitar.

Cerca está Ronchamp, pequeño pueblo conocido por la iglesia que a sus afueras construyó Le Corbusier. Decidimos tomar un regional para ir de visita, con tan mala suerte que el tren se averió (más bien la vía, parece que se rompió un carril), de modo que llegamos con retraso y, pese a correr todo lo que pudimos, cuando llegamos a la iglesia, nos encontramos con la puerta cerrada.

Así las cosas, solo pude hacer la foto de arriba desde el exterior. No pasa nada, habrá que volver. En todo caso, tuvimos nuestro premio, un bonito castillete de hormigón de una mina de carbón bastante bien recuperado.

Y así termino el viaje a Francia, con éxito de crítica y público.

El irlandés

Agradable sorpresa en la sequía cinematográfica veraniega. Aunque está rodada en la costa oeste de Irlanda, más exactamente Galway y alrededores, y ambientada en el el tiempo actual, se trata de un entretenido y refrescante western. En un salvaje oeste (de irlanda), un policía (garda en irlandés) o mejor, un sheriff, solitario, acostumbrado a la rudeza de las gentes del lugar, sobrevive solo preocupado por la salud de su anciana madre, de tomarse unos whiskys (pintas de Guiness) y de darse un homenaje con las señoritas del saloon (putas) de vez en cuando.

A esto que aparecen unos federales, unos marshalls, en este caso del FBI, que llegando del Este (de EE.UU.) chocarán con las constumbres locales (beber) y su idioma salvaje (el gaelico). Uno de los federales (de color) luchará contra los malos, unos despiadados asesinos preocupados por la insoportable levedad de su ser y otras preguntas trascendentales, que les llevan a matar al compañero de nuestro solitario héroe. Este, en crudo y en gordito, se da un aire a John Wayne.

Al final duelo al sol (digo a la luna), en la que nuestro héroe se enfrenta a los malvados, y si quieres saber como acaba, te vas al cine, que merece la pena...

Curioso escenario la costa norte de la bahía de Galway, casi un desierto de helechos y turbas, donde se pueden encontrar armas de guerras pasadas, e imágenes que el que aquí suscribe tenía ocultas en el fondo de la memoria, en el apartado de hace 20 años. ¡¡¡Joder, como pasa el tiempo!!!