lunes, agosto 28, 2006

En ausencia de Blanca


Muñoz Molina siempre me ha gustado, desde que el “Invierno en Lisboa” reposaba bajo los inútiles papales de la furrilería en esa aún más inútil mili que los de mi generación todavía tuvimos que hacer, al menos algunos. Regalé esta novela a alguien muy importante para mí que, al igual que Blanca para Mario, está ahora ausente, alguien que, en el verano de 2002 escribió al final del libro:

“...me ha parecido como un cuento muy agradable de leer”.

Esta novela corta demuestra cómo para atrapar al lector no es necesario llevarlo al mundo de nunca jamás, y cómo las hisotrias más apasionantes se encuentran en situaciones de la vida corriente, de las personas corrientes. La gente corriente es excepcional, piénsalo, por lo que te toca.

La prosa de Muñoz Molina hará que pronto lo sitúe junto a Kundera. Si alguien necesita/quiere más crítica del libro, ¡a vínculo!

domingo, agosto 27, 2006

Último fin de semana de Agosto en el campo

Como prácticamente todos los años, y que sean muchos, nos fuimos a pasar la tarde al campo para celebrar el cumpleaños de un buen amigo. Allí anduvimos dando un paseo, montando a los críos en los burros, viendo a los terneros y conociendo a los nuevos corderos : un lujo.



Pero si hay algo que hace a esta tierra especial son las interminables puestas de sol del final del verano. Es un impresionante espectáculo, gratuito, a mano, que sin embargo, los urbanitas nos obstinamos en no ver. Ahí queda esta imagen como recordatorio:

viernes, agosto 25, 2006

VICHY 1940

Puesto que en su día disfruté bastante de "El desencuentro" (Premio Planeta 1996), en la última feria del libro decidí comprar la última novela de Fernando Schwartz, VICHY 1940. Tras unos meses de cuarentena (algo que me pasa con casi todos lo libros) decidí llevármelo de compañero en las vacaciones en Galicia.

Como novela se lee bien, la ambientación en la Francia "libre" de 1940 está bien lograda y el libro resulta creíble, algo muy de agradecer en estos tiempos donde triunfan las novelas seudohistóricas, que al terminar de leerlas no puedes sino preguntarte ¿bueno, y qué? ¿para contar esto hacían falta 600 páginas? (Cuando no más).

Y no cuento más, no lo vaya a reventar.

miércoles, agosto 23, 2006

La Consejería de Bienestar Social demolerá el antiguo hospital psiquiátrico de "La Atalaya"

El otro día me desayuné una noticia que no por esperada no deja de ser triste. El antiguo hospital para tuberculosos de la Atalaya va a ser demolido. Se trata de un edificio impresionante, quizás el más grande de la ciudad a excepción del flamante Hospital General, que parece que molesta.

Si somos bien pensados nos quedamos contentos con la explicación de evitar accidentes, su “okupación”, o su uso por programas de parapsicología barata... Pero lo cierto es que durante años se ha pretendido encontrar un uso para el mismo (residencia de ancianos, hotel para EL REINO...), con poco ahínco me temo, y claro, no ha sido posible, nadie se quería hacer cargo de semejante mole.

Quizás en otras tierras más conscientes de la importancia del patrimonio, se hubiera peleado por el edificio. Se hubieran recorrido ministerios y consejerías para buscarle un uso reivindicando sus valores:

- paisajístico, al menos el que suscribe no concibe la Atalaya sin el Sanatorio.
- histórico, no sabemos cuantos hospitales para tuberculosos se hicieron en España (me suena uno similar en Cantabria?), si este es singular o no (nadie se ha preocupado de informase).
- cultural, igual que los castillos ayudan a entender el papel de los lugares en la Edad Media, este edificio puede ayudan a entender de tuberculosis y el papel de la Ciudad el la posguerra.
- arquitectónico, no solo por tamaño, sino por la composición de sus volúmenes y su situación a media ladera en el cerro. Se trata además de un edificio muy singular de una época de escasa actividad constructiva y de la que se conservan pocos edificios (en Ciudad Real se conserva poco anterior a 1960, parece una ciudad nueva).


Se podría convocar concurso de ideas para estudiantes de arquitectura, buscado su reutilización multifuncional (un poco de residencia de ancianos, un poco de albergue, un poco de vivienda, alguna oficina pública, alguna privada, salas para la juventud. De hecho es su gran tamaño lo que hace difícil su reutilización, sobre todo si se pretende ubicar en él un único uso. En el fondo se da una aire a la Unité d’habitation de Le Corbusier.

Si esta generación no tiene ideas ¿por qué no conservarlo por si en el futuro alguien las tiene, o se disponen de más medios? Molesta, igual que molestaron las murallas de Ciudad Real, y tantos y tantos edificios antiguos o no (garaje Ford, Cine Proyecciones, etc.). Siguiendo la misma regla de tres, propongo destruir los castillos, sobre todo los ruinosos como Salvatierra, El Milagro, Torre de Abraham, Alhambra, Rochafrida, Calatrava la Vieja, Guadalerzas y tantos otros, no se vayan a subirlos niños y tengan un accidente.
Dejemos en paz al Sanatorio de la Atalaya, dejémosle morir tranquilo, convertirse en una hermosa ruina si acaso, y dejemos a las generaciones futuras la oportunidad de recuperarlo, o al menos conocerlo. ¿Qué necesidad tenemos de eliminarlo sin más? ¿Estamos del todo seguros de no equivocarnos? El que lo tenga claro que tire la primera piedra.

martes, agosto 22, 2006

Me aventuro en esto del Blog o como @@@@ se diga, sin objetivo preciso. Es un viaje sin destinos, solo con hora de salida (19:19 del 23/08/2006). Veremos a donde nos lleva.

Me dedicaré a publicar fotos, ahí va la primera:


Un día de lluvia (no es raro) en el puerto de la Palombera en Cantabria, carretera receintemente acondicionada sin destrozar ni el paisaje ni la propia vía.