viernes, enero 23, 2015

París (again)


Vuelta por trabajo a París. Invierno, frío, miedo al terrorismo... y aún así, París siempre vale una misa. Poco vimos, pero nos adentramos en el Este, donde está la Escuela de Ponts y Chausséess, y vimos esta maqueta de un puente. Tanto ir a París, que apetece volver para disfrutarlo. Todo llegará.

domingo, enero 18, 2015


Los franceses hacen gran cine, y también, cine divertido y simpático. En este caso, unas cuantas carcajadas aseguradas gracias a esta historia que refleja la multiculturalidad de Francia. Unos padres tradicionales que ven como sus hijas se casan, una tras otra, con hombres franceses pero provenientes  de otras culturas (árabes, judíos, chinos...).

La película es divertida y tiene un buen ritmo, gobernada por un Christina Clavier que hace de Gaulista a la perfección, y que encuentra su alter ego en el padre del novio extranjero de su hija menor (feísima, por cieto). Simpá.

Big Eyes


Me han gustado muchas de las películas de Tim Burton, por lo que ver este Big Eyes en V.O. era una ocasión que no debíamos dejar escapar. Se trata de una película basada en hechos reales, y que por tanto, es realista. Quitando algún guiño de los pesonajes con grandes ojos que en alguna visión tienen los protagonistas, todo se desarrolla en unos realísimos años 50 en San Francisco.

La historia tiene sus gracia, y muestra la popularización del arte de consumo, del arte de poster, del arte de las clases medias. Me gustó, muy bien interpretada y dirigida. Quizás le faltó atrapar un poco al expectador que algunas veces se ve casi viendo un documental. Pero aún así, merece la pena.

Mortadelo y Filemón contra Jimmy el cachondo



Lo reconozco, tengo debilidad estos personajes de Ibáñez. Porque son parte de mi infancia, porque reí con sus paridas, sus chorradas, porque tienen algo genial en ese fatalismo superviviente con el que siempre me he sentido identificado, porque son un desastre que siempre sale más o menos victorioso. Así que, con esta predisposición, y teniendo claro lo que iba a ver, he de decir que la película me gustó. Me gustó las referencias a la música de orquestas cincuenteras que Fesser ya rescató en tlompletas y ptintos varios, y ese corazón que hace boum de Toto L'heros, otro de mis referentes de cine obsesivo, de perdedores paranoícos, que sufren en su miseria individual. Así es Filemón, un perdedor luchador, así es Mortadelo, un guerrero de la improvisación, feo, torpe, y simpático a partes iguales. Y llega el 3D, y por fín, tras pasar por la carne y el hueso, Mortadelo y Filemón se hacen realidad. Por que los cómics de Ibáñez eran en 3D, no eran viñetas planas, sino que salían de los superhumores a la imaginación de esos lectores que alucinábamos con el Chapeau Esmirriau. Sí, por fín, la informática los saca del papel, y la verdad es que el resultado es muy digno. Si, no es un peliculón, pero con estos actores tan desastres no puede ser más que una aproximación a la realidad de Mortadelo y Filemón que vive, medio oxidada, en el fondo de mi cerebro. Gracias Sr. Fesser, por rescatarla 35 años después.

jueves, enero 08, 2015

Boyhood


Sabía por la prensa de lo que iba la peli, o más bien, la particularidad de haber sido rodada a lo largo de muchos años con los mismos actores que han ido envejeciendo de manera real en la película. Y claro, que mejor para para narrar de esta manera que el paso de la infancia a la madurez, los terribles años de cambio que vivimos en la adolescencia.


Dentro de una familia de padres separados, algo normal hoy en día, el niño protagonista va creciendo viendo como su vida evoluciona sufriendo las consecuencias de los errores propios y ajenos, pero también recibiendo gratuitamente un gran cantidad de dones que las personas que le rodean intentan aportarle, desde sus padres, familiares, amigos, profesores…. Y así, a lo tonto, se pasa la vida, se pasan las tres horas de la peli, disfrutando del paso del tiempo, esperando que suceda algo maravilloso, que finalmente sucede, la vida. Muy interesante.

Por ponerle un pero, la tontería de doblar la película, con lo que no vemos como evoluciona la voz del protagonista, que supongo debería ser un elemento interesante más. Es lo que hay.

La isla mínima


Un espectacular inicio de fotografías cenitales, casi ortofotografías, muestra una marisma del Guadalquivir indómita para situar al espectador en lugar de manera inmediata. Un Chrysler 180, un Land Rover y un Dyane 6, además de unas patillas y algún bigotillo lo sitúan en el tiempo. A partir de ahí, un interesante thriller, con alguna fisurilla imperceptible, muy bien interpretado y dirigido.

 Llama la atención la ambientación, el vestuario, el acertado retrato de personajes y lugares, y después descubres que los realizadores se han basado, o han utilizado, las fotografías de Atin Aya, fotógrafo del pueblo de la época, de la transición. Y resulta que dices, pero si yo tengo ese libro, que alguien, un día te regalo el libro de la obra de este fotógrafo, y entonces lo recuperas de la estantería y resulta que ahí está, esperando, la película que acabas de ver.

Interesante viaje al pasado, en la peli, y en la estantería. Si puedes, vete a verla.