miércoles, febrero 18, 2009

Valdepeñas – San Carlos del Valle

Aprovechando que una amiga y compañera del séptimo corría la media Maratón de la muy heroica Ciudad de Valdepeñas, hicimos una escapada fuera del calendario oficial. La idea era hacer una ruta corta para tener tiempo de ver a los atletas llegar a la meta mientras que las no ciclistas (ellas se lo pierden) se dedicaban al arte del senderismo (que es mucho más cansado y coñazo que ir en bici, qué gran invento es la rueda, pero el tour da mala imagen al ciclismo, parece que todo es desfondarse y “afoxiarse” subiendo cuestas).

Salimos de Valdepeñas en dirección a los Baños del Peral, bonito paraje a unos 7 km de Valdepeñas donde pretenden recuperar un balneario. El ayuntamiento tiene el carril bici a medio hacer, pero no lo usamos porque no lo vimos. Vayas donde vayas, hay más cosas que en Ciudad Real (menos mal que la gente de la capital no sale, que si no, vaya chasco).

Desde allí, había estudiado una interesante ruta por la cuerda de una sierra llena de aerogeneradores, aprovechando las pistas de acceso a éstos, pero como suele pasar el camino estaba con cadena y carteles amenazadores, con lo que decidimos ser prudentes y no aventurarnos a que nos pusieran colorados. Una lástima que en Valdepeñas no sean conscientes del potencial turístico de una paseo como ese, más interesante que el paso por la ruta del Quijote.
Seguimos por un camino hacia San Carlos del Valle. En un cruce había que elegir entre dos caminos, y como no lo hicimos bien tuvimos que acabar saltando una valla. Como las cosas sigan así, va a haber que llevar una cizalla en la bici para abrir caminos públicos y privados (o municipales), que afición más rara eso de ponerle puertas al campo.

Llegamos a San Carlos del valle donde disfrutamos de la espectacular plaza, aunque las fotos están jodidas por un cartel de la consejería de bienestar social que se dedica a joder el turismo castellano manchego: se ve que más importante que los 250 años de historia del lugar. Es lo que tiene el ego político, carteles para todo, aunque jodan el paisaje, el patrimonio, las vistas... deberían mirárselo.
Desde allí volvimos siguiendo en parte la ruta del Quijote, por el sur de la sierra de los aerogeneradores. Mucho más feo y simple que la ida. Sin mucha novedad, más allá de un problemilla de frenos en la bici de Kla llegamos a Valdepeñas justo cuando nuestra amiga semimaratoniana enfilaba la bajada hacia la meta en la Avenida del vino.
Corría junto a un tipo con Globo que iba ha hacer 1:40. La animamos y acompañamos un poco, pero buscamos un atajo por otras calles para no incordiar mucho a los corredores. Poco antes de la meta la reencontramos y le dimos los últimos ánimos. La ruta sencillita, al final salieron unos 40 km, pero al menos salimos de la rutina dominical de rutas en los alrededores de Ciudad Real.
En meta cañas (repartían cerveza gratis para los deportistas la gente de Cruzcampo), ducha, y risas. Después nos fuimos a comer con las amigas que habían aprovechado para pasear a los Baños del Peral y un cafetito agradable en la plaza azul. Buen día, buena rutina, para repetir e incluso mejorar, todo se puede mejorar...

martes, febrero 17, 2009

Por fín: cargador único

Algo que yo llevaba esperando hace tiempo y que ya había comentado con los amigos: un cargador único para los móviles (ya que se ponen deberían hacer lo propio con las cámaras de fotos y otros gadchets electrónicos cada vez más habituales). Mendioambientalmente más sostenible, más cómodo, más barato... Así pronto no hará falta llevar el cargador a cuestas, porque en hoteles, bares, etc. encontraremos nchufes mini-usb para recargar el móvil. Por fín algo de cordura. La noticia, en el País.

http://www.elpais.com/articulo/internet/cargador/unico/movil/micro/USB/2012/elpeputec/20090217elpepunet_3/Tes

El cruce de peatones surrealista


Madrid, ciudad surrealista. Atocha, fracaso de una estación.

La estación de Atocha, remodelada (o reconstruida más bien) por allá por el año 1992 por el arquitecto español Rafael Moneo, es un ejemplo claro de cómo la ciudad es, muchas veces, más importante que los edificios, y de cómo éstos no pueden diseñarse de espaldas a ella.

Nada en Atocha hoy funciona como se diseñó. De hecho, anuncian la enésima reforma. Donde se planteo un centro comercial, hay oficinas languideciendo. Lo que iba a ser un pasillo de comunicación entre las estaciones de Cercanías y la de Alta Velocidad es ahora un centro comercial. Las taquillas han cambiado de localización tres veces. Y lo que iba a ser una plaza, un bonito foro de convivencia en la fachada del antiguo edificio de la MZA, hoy es un parking VIP, lo que no deja de mostrar la vocación de una ciudad como Madrid, sustrayendo un espacio público de todos para el estacionamiento de los lujosos coches de unos pocos… Madrid, Madrid.

En ese parking surrealista en que se a convertido lo en otro momento debió ser una plaza, un no menos surrealista paso de peatones nos lleva contra un muro. Triste metáfora de la estación cuyas buenas intenciones de diseño se estrellaron contra el muro de la realidad.

viernes, febrero 06, 2009

Marillion: Happiness is the Road, Live in Barcelona

El remate del fin de semana fue el concierto de Marillion, la cuarta vez que los veía en directo después de las giras de Anoraknophobia, Marbles y Somewhere else. La sala club Sant Jordi (inmensa) se encuentra en uno de los laterales del Palau Sant Jordi. Llegué justo con la apertura de puertas, y decidí irme para adelante, ya que en estos conciertos estar cerca de la valla no implica ni apretones ni pisotones ni nada.

Abrieron Harvest (ver post anterior), un breve pero intenso concierto (unos siete u ocho temas) que sonó muy bien, y en el que se notó que estuvieron muy arropados por colegas y amigos, y eso está bien.

Marillion abrió el concierto como su ultimo disco, con una canción breve pero preciosa, Dreamy Street, y un himnazo, This train is my life. Sonido contundente, casi perfecto, el mejor de los disfrutados hasta ahora. Luego cositas como The other half, Fantastic Places (Impresionante una vez más) y temas del nuevo disco como Satellite Asylum #1 (fantástica), Nothing fills the hole
El set list del concierto (al final) incluía alguno de los temas más sinfónicos de Marillion, con más música. Un guiño fue un trocito de Ocean Cloud, que no tocaron entera porque se hubiera ido medio concierto. Out of this World estuvo impresionante, con el video del desastre que le costó la vida a Donald Campbell cuando intentaba ir más rápido que nadie sobre el agua… espeluznante (Only love will turn you around…).

Una premonición, o una señal, no sé, pero cuando Steve Rothery cogió su guitarra de doble mástil (señal casi inequívoca de que iban a tocar Beautiful), el sonido falló y nos quedamos sin esa canción (en el fondo un alivo, porque en un día como ese solo tocaba buen rollo, y esa canción tiene algo de melancólica para mi). Me dio la sensación de que el fallo técnico de la guitarra, les llevó a modificar el set list, y tocar tree minutes boy, que en los set lists de los conciertos que se pueden ver en la web está más hacia el final. Aquí, Hogarth hizo algo similar a sus shows H Natural, con solo piano al principio, con la gente participando y cantando. Bonito.

Temas como Mad y The Great Escape de Brave pusieron a la gente a tope. El final del bloque principal fue para, nada más y nada menos, The Invisible Man. 13 minutos de pura música, una obra de arte que va y viene, que sube y baja, con algunos momentos verdaderamente intensos.

Un primer bis breve pero intenso con Neverland y otro bis final con Hapiness is the Road, que quedó muy bien, con la gente al final cantando hasta que toda la banda desapareció. La felicidad no está al final del camino, la felicidad es el camino. Ayer (escribo esto en el AVE de vuelta), de nuevo, los Marillion me hicieron un poquito más feliz. Ahora, a esperar a la próxima...

SET LIST
Barcelona, Spain - Palau Sant Jordi

Dreamy Street
This Train Is My Life
Nothing Fills the Hole
The Other Half
Three Minute Boy
Fantastic Place
Essence
Out Of This World
Mad
The Great Escape
Real Tears For Sale
Asylum Satellite #1
The Invisible Man
Neverland
Happiness Is The Road

Harvest teloneando a Marillion

El broche final del fin de semana en Barcelona era el concierto de Marillion, única fecha en España de su gira presentando ese discazo que es Happiness is the Road. Pero además, de teloneros tocaban Harvest, el grupo de la chica que me pasó hace ya bastante, los vídeos de H en la Feria del disco de Barcelona.

Harvest hacen un rock progresivo lentito, muy melódico y agradable de escuchar. En directo suenan muy pero que muy bien. Composiciones bastante redondas, bien encajadas, donde cada instrumento juega un papel relvante… Los solos de guitarra con un sonido similar a Marillon, muy logrados y bien insertados en los temas. El sonido de base ritmica impecable, dando forma a las canciones. Aprovechando el espectacular sonido de la sala, Harvest sonó muy parecido a las grabaciones de estudio que se pueden y se deben escuchar su Myspace.


Por aquello de colaborar con la causa, me hice con una de las demos que vendían por el módico precio de 5 euritos y que trae un tema nuevo, que ya en el concierto me gustó bastante. Volviendo al concierto, Monique y sus compadres repasaron los temas que conocía de los más lentos a los más rápidos, intercalando una par que no conocía (uno de ellos me gustó bastante, precisamente el que aparece en la demo) y con Mara al final, que es un tema un pelín más cañero.

Me convenció el sonido, y la voz, muy fácil, y eso ya es mucho en estos tiempos de cantantes sin voz y desgañitados (con un Ozzy Osbourne ya hubo suficiente ;-). Dentro de poco tocan en Madrid y gratis, así que a ver si tengo un rato y me acerco a verlos, y si estás por allí, date una vuelta, igual te sorprenden, y eso, dado los tiempos que corren, ya es mucho. Suerte y enhorabuena, Harvest.

Barcelona: una vez más


Después de algo más de seis meses tocaba volver a Barcelona. Tocaba reencontrarse con los recuerdos de mi estancia, tocaba disfrutar de nuevo de esta fantástica ciudad de las mil caras.

Desgraciadamente fue el tiempo el que no acompañó demasiado, pero hasta la lluvia queda bien en Barcelona. Paseos por el centro, compras en las tiendas chulas, cañas y pinchos… todo perfecto.
Visitamos la Sagrada Familia, con poca gente, con lo que pudimos subir sin problemas a las torres y divisar la ciudad Condal desde las alturas, con ese nuevo skyline que está apareciendo en el “viejo” Poble Nou.
La Sagrada Familia avanza, avanza, lento pero seguro, algún día la terminarán. La espiral de las escaleras de bajada del último tramo la mar de sugerentes…

A la salida, vimos como unos niños rumanos se dedicaban a robar a la gente con el truco de hacer una encuesta o pedirte que firmes en un papel. No sé que hacen en la calle, pero a los padres habría que quitarles la custodia directamente. Ojo si vas a Barcelona (como Madrid) hay mucho carterista y descuidero suelto.

Nos cruzamos con una panda de Güiris haciendo turismo en bicis chopper de alquiler, cosas de Barcelona.
Aprovechando el paseo, pescamos un bonito Dyane 6 de telefónica para la friki colección de 2Cv y familiares. En la plaza nova estaban los coches de la salida del rally de Montecarlo para clásicos: viejos juguetes, hoy capricho de unos pocos.

El segundo día visitamos el palacio Guell, y el barrio Gracia, que es un barrio que me encanta, aunque no paró de llover en todo el día, con lo que vimos más los bares que la ciudad, y comimos en Sirio que ya conocía de hace un año. En Gracia hay un tufillo alternativo que mola, y hace que aparezcan cositas como una tapa de un registro de la luz pintada por algún chiflado.


La tarde la dedicamos a pasear de charco en charco del Paseo de Gracia (valga la redundancia) y a las compras.

El último día, paseíto por el Maremagnum (abriendo el post) y la Barceloneta donde comimos a base de tapas en un bar de esos cutres de barrio pero con mucho encanto. Lo más impresionante fue un inmenso yate de uno de esos a los que probablemente la crisis no le quita el sueño.


La noche fue el concierto de Marillion, pero eso es historia para otro post.

Esta vez Barcelona, pese a la lluvia, me supo a. Habrá que volver con mejor tiempo. La única pega fue no poder ver a los colegas bikers, pero con un poco de suerte, en primavera igual le pegamos la pedal por allí con ellos. Ojalá.

Colección alternativa


Como todos los seguidores (los 7) de este blog saben, una de mis chorradas es coleccionar miniaturas de 2cv (algo que, en contra de lo que pudiera parecer, no tiene nada de friki). Es una colección difícil, pero que crece con paso firme. Ahora bien, en Caravaca he de reconocer que dudé, que me entraron ganas de abandonarla por una nueva alternativa: una impresionante colección de dedales de la familia real, que incluye a los papas. La relación o puntos en común entre la Familia Real y los Papas la dejo para cada cual, pero yo no le veo mucha.
La colección es bestial, mola muchísimo, sobre todo el dedal de Marichalar, aunque no sé si ahora habría que retirarlo de la colección. Estuve por pillarlo, porque si es retirado, en unos años se puede convertir en una valiosa pieza de coleccionista, pero afortunadamente la tienda estaba cerrada y no piqué, si no ya estaba buscando el dedal de Froilán por todos los rincones de España. Uf, qué alivio.

jueves, febrero 05, 2009

Caravaca de la Cruz, o como hacer 40 con amigos

Para celebrar el 40º cumpleaños del tío más feo del mundo, nos juntamos los viejos amigotes en Caravaca de la Cruz (Murcia), para darle una sorpresa. Engañado llegó pensado que iba a pasar un fin de semana romántico en pareja, y se encontró con los vándalos de sus amigos en una casa rural bastante curiosa.

El fin de semana tuvo poca historia y mucho rock’n’roll, incluidos clásicos de las reuniones de amigos como el Touch too much de los AC/DC, o el siempre estás allí de los Barón Rojo. Está bien saber que los amigos siempre están allí, y está bien saber que después de más de 20 años los amigos siguen estando allí. No todo el mundo tiene esa suerte.

Eso si, ahora que somos mayores y tenemos más pelas, hemos mejorado la calidad del bebercio, pero sin renunciar a las raíces:


Nos dedicamos básicamente a comer, beber y charlar, con lo que de Caravaca y alrededores no vimos demasiado, un poco Caravaca, las fuentes del Marqués (donde comimos) y, a la vuelta, Moratalla. De ahí son las fotos… que quedan pendientes...