miércoles, septiembre 30, 2009

Vetusta Morla

En abril de 2007, como conté en este blog, asistí con mi primo a ver a los Marillion. Les telonearon unos desconocidos, Vetusta Morla, de quienes me bajé unos pocos temas de internet para ir un poco instruido al concierto. Recuerdo que me gustaron, y así dejé constancia en el post.

Dos años más tarde, y después de ver por todos los lados como a Vetusta Morla le daban premios y más premios, me puse a escuchar su disco, gracias a Spotify que ha venido a sustituir y superar a Last.fm.

El disco se titula un día en el Mundo (no sé si por eso tienen tanto apoyo medíatico del periódico de Pedrojota). Está bastante bien, con algun tema un poco más flojo, pero vamos, para lo que se cuece en España, diría que muy por encima de la media. Para mi gusto, un pelín más de guitarras y un poco más rock y menos pop, les ayudaría bastante.

Dentro del disco, destacan Autocrítica, con sus percusiones acompasadas con la batería, toda una curiosidad, y una de las aportaciones de VM. Sálvese quien pueda, un poco más “single”, más convencional, me gustan las guitarras. Copenague, de los temas que ya conocía. Bonita, letra inspiradora- “el valor para marcharse, miedo a llegar”, de tantos viajes iniciados con miedo, que no siempre salen bien, pero que hay que intentar. Me va el rollo melancólico, pero solo a veces (por cierto, recuerdan a los Counting Crows, los reyes de la melancolía hecha rock).



Valiente, buen ritmo, con estribillo sobre las guitarras. La marea otra de las ya conocidas, una preciosidad, un lujito...

La cuadratura del círculo, algo de furia, muy buena, aunque la letra no termino de verla. Al respirar, otro lujito, otro de esos recuerdos del previo concierto de Madrid con Marillion.



Para acabar un curiso video, si señor, con un par.

jueves, septiembre 24, 2009

San Miguel 2009, la tercera.

El tiempo pasa y este blog que empecé hace ya más de tres años como una vía para inventariar una nueva vida, se empieza a repetir peligrosamente. Esa nueva vida, empieza a parecerse a sí misma. No sé, no sé. El caso es que tras las ediciones de 2007 y 2008, tocaba la tercera participación en la cicloturista de San Miguel.

Aventura parecida a los años anteriores, con la ventaja de la experiencia y una sustancial mejora de mi forma física. Este año no hice vídeo y casi ni fotos. No ando muy inspirado fotográficamente y echo de menos Olymus (RIP), y aunque me he agenciado una sustituta provisional, no es lo mismo (snif).

La San Miguel muy bien, con buenos momentos y compañía, con nuevas incorporaciones a esto de la bici.

Como siempre, estuvimos por la zona de Ballesteros, con la presencia de imponentes volcanes (cerro pelado) del campo de Calatrava, y las rocas volcánicas por doquier... ¿el año que viene repetimos?

jueves, septiembre 17, 2009

Ruidera y el fin del verano

Aprovechando el último calor del verano nos fuimos a Ruidera a hacer una ruta. Hace años que quería ir allí con la bici. Para mí, Ruidera es un sitio especial, otro de esos sitios fantásticos. Allí acampamos los amigos también un verano cuando los 18 años nos hacían vivir la vida con intensidad: tres días que nos siguen sirviendo de lugar de encuentro en nuestra memoria colectiva cada vez que nos juntamos, para volver a reír con las anécdotas contadas infinitas veces, tantas que algunas nadie está seguro de cómo sucedieron en realidad, pero ahora, pasado el tiempo, da igual. Allí pasamos luego varios fines de semana con los amigos, con la familia, y allí vivimos nuestro último viaje dentro de una ya inestable normalidad.

Me gusta Ruidera, y con agua, como estaba esta vez, mucho más. Quizás porque está cerca, porque la tenemos muy vista, no la valoramos, pero es un sitio impresionante.

Me había cargado la ruta en el GPS, pero por un misterio del destino no se cargó con lo que nos tocó improvisar. Arrancamos del bar que hay junto a la Laguna del Rey por el camino que sale junto al cementerio. Relajadamente recorrimos las dos primeras lagunas y Biarne recogió el pellejo de una culebra que nos encontramos.

Poco después, subimos una corta cuesta para salir de la depresión de las lagunas y continuar por lo alto, con unas impresionantes vistas, un punto de vista diferente al habitual. Poco más adelante, pasamos junto a una antigua Quitería donde había un retén de incendios y unas curiosas cabañas montadas con viejas tinajas.

Bajada fulgurante que nos sacó a la carretera, justo al final, donde los coches se dan la vuelta. Afortunadamente, con la bici siempre se puede seguir adelante, remontando las últimas lagunas, esas que suelen estar secas pero esta vez estaban rebosantes.

Por allí nos cruzamos con un grupo grande de ciclistas de Puerto Lumbreras que hacían la ruta provenientes de Villaneuva de la Fuente, muy equipados y escoltados por tres coches, ambulancia incluida.

Al final, una presa de captación y un curioso canal en acueducto para llevar el agua hasta una de las muchas centrales hidroeléctricas de la zona.

No entiendo como no se han planteado rehabilitar una de ellas para hacer un centro de interpretación del parque, un restaurante, un museo, o aunque sea, un puticlub ;-)

Llegamos al baño de las mulas para después bordear la laguna de San Pedro para llegar a la ermita homónima, y volver por delante del Albamanjón (qué recuerdos). Continuamos por la carretera, ya relajados, parando a observar las cascadas sobre las tobas.

Vuelta, al punto de partida, bañito reconfortante, y comida de plato combinado de esos con huevos fritos que son lo mejor para después de una ruta así. Un cafetito en el huerto y de vuelta. Día grande.

martes, septiembre 15, 2009

Se acaba el verano... y aquí sigue sin haber playa

Pues es sí, esto se acaba, más bien, se acabó, porque el curro nos desborda ya hace unos días, y casi nada queda de esa calma veraniega. Otro verano más que se fue, y seguimos sin playa. Si, es una ocurrencia, pero ya que está hecha... deberían abrirla, más aún teniendo en cuenta que hace dos años que está terminada. El Ayuntamiento y la CHG se culpan mutuamente... Me aburren casi tanto como os debo aburrir yo. Si no fuera porque esto se paga con mis impuestos (y los tuyos), esos que según parece nos van a subir ahora, me daría lo mismo. ¡Qué pena! ¿El año que viene habrá playa? Apostaría que no. De momento, al menos la sombrilla sirve para cobijar el coche del guarda de seguridad que vigila eso, el único beneficiario hasta la fecha. Carillo nos ha salido su puesto de trabajo. Eso sí, para cuando la abran, los árboles serán adultos: no hay mal que por bien no venga.

domingo, septiembre 06, 2009

Vuelta al puente de las ovejas y el Martinete

El domingo pasado volvimos al Martinete de los Pozuelos, como hace año y medio, como ya conté aquí. Entonces expliqué algo de lo que allí hay, de su origen, y que esperaba que alguien se interesara por esta muestra de arqueología industrial.

Hace año y medio fuimos en invierno y todo estaba helado y verde. Esta vez, en pleno agosto y con un calor pegajoso, todo estaba seco. Igual que entonces, antes de llegar al Martinete pasamos bajo el impresionante y abandonado puente de las Ovejas. El Guadiana (que ya ha recogido al Jabalón por entonces), también estaba seco, completamente seco.

El patético estado del río de la Mancha, permite observar las socavaciones de las pilas del puente. A primera vista nada grave, pero evidentemente, como no se intervenga, alguna crecida se acabará por llevarse la pila, y entonces, el puente se vendrá abajo y nos tendremos que lamentar. Espero que alguien haga algo...

Igual que hace año y medio, sigo esperando que alguien haga algo con el impresionante martinete. Parece que al menos alguien ya lo ha investigado científicamente, ya que hace poco vi que los premios Oretania de investigación histórica habían incluido un trabajo sobre el martinete: ‘Ferrerías del siglo XIX en la provincia de Ciudad Real: El Martinete (Los Pozuelos de Calatrava)’, de Manuel Molina Cañadas y María del Carmen Arcos Domínguez. El conocimiento y estudio de algo es la primera fase para conservarlo. El tiempo dirá, nosotros mientras tanto, seguiremos yendo por allí de vez en cuando, en verano o invierno, con calor o frío, cuando toque.

Por la zona, desde lo alto de un cerro junto a los Pozuelos, disfrutamos de la panorámica sobre el Guadiana.

sábado, septiembre 05, 2009

LA MARIPRAO

El 7º Piñon (bueno, las chicas del 7º, para ser más exactos, aunque los chicos ayudamos) se han lanzado a organizar una cicloturista un tanto singular, puesto que está dirigida a las chicas (aunque los chicos pueden asistir, con algún atributo femenino: creo que se refiere a pelucas, faldas o tetas postizas...).

El bonito cartel tiene una protagonista que igual conocéis. Por favor, HAZ CORRER LA VOZ entre tus conocidas que le zurren o la bici (o que quieran empezar a hacerlo) a ver si conseguimos juntar un buen grupo de chicas.

Más información: http://lamariprao.blogspot.com/

MTB en Peralejos de las Truchas



Por tercer año consecutivo nos fuimos de casa rural + bici, este año a Peralejos de las Truchas (Guadalajara), o lo que es lo mismo, el Alto Tajo. El primer día nos dimos un paseo de toma de contacto, y acabamos en un camino lleno de pinchos que nos tatuaron las piernas. Nada grave. También hicimos el primero de los muchos vadeos del Tajo.

La primera ruta nos llevó a la Laguna de la Taravilla situada a escasos metros del Tajo. También recorrimos el río Cabrillas, para acabar cruzando el Tajo en el Puente de Peñalén. Este tramo es muy bonito, sin gente y siempre cerca del agua.

Tras cruzar el puente, iniciamos la vuelta por la orilla contraria del Tajo, por una pista de buena calidad, lo que hace que muchos conductores (demasiados), anden por allí como si aquello fuera la M-30, levantando polvaredas e incluso a veces, no dejando espacio para los ciclistas.

Llegamos a la carretera, que hay que tomar en un breve tramo hasta llegar al puente sobre el Tajo, donde un grupo de palistas estaban iniciando una travesía por el alto Tajo, ese río que ahora desemboca en el Mediterráneo.


El segundo día fuimos de Peralejos a Chequilla y Checa. En Chequilla hay unas curiosas formaciones geológicas, esculturas caprichosas de la erosión.

En Checa subimos por la calle mayor, toda en cuesta, como alguien dijo, mal pueblo para que se te caiga una sandía cuesta abajo. A la salida de Checa continuamos por una pista que pronto deja de estar asfaltada y nos llevó a coronar la ruta a unos 1641, en lo alto de una de las muelas poblada de pinos y tejos.
Llegando a la ermita de Ribagorda, vimos las terreras homónimas.

El caolín aparece en muchos lugares de la zona, en algunos sitios sigue siendo explotado industrialmente. Cuando no, la erosión hace un trabajo curioso.

El tercer día fue el más épico con una ruta dura de Peralejos a la junta del Tajo y la Hoz Seca.
Sin mucha dificultad y disfrutando de unos paisajes espectaculares llegamos a la desviación que nos llevaría hacia la junta de los ríos. Bajamos a toda caña, y vadeamos el río de la hoz seca (que de seco nada). Poco más adelante, cuando íbamos a vadear el Tajo apareció en dirección contraria un biker con un maillot de Mamouth que gentilmente intentó explicarnos que nos quedaba un trozo chungo, que la subida era dura, que íbamos a tener que tirar del ramal y que estábamos haciendo la ruta al revés. No le hicimos muchos caso, y al grito de “somos bikers” y el 7º jamás se rinde nos lanzamos a hacer realidad sus profecías.

Primero tuvimos que hacer unos pocos metros que se hicieron interminables por la orilla del río en plan Indiana Jones (hay que comprar un machete pero ya!) para pasar un estrecho en el Tajo formado por dos piedras. He de decir que el grupo se portó fenomenal, y con una cadena conseguimos pasar bicis y ciclistas.

Poco más adelante, y siguiendo un camino y una senda de vacas alternativamente, comenzamos las subida hacia “las cumbres”. El camino se fue definiendo, pero la pendiente no se reducía, así que como nos presagió el biker, subimos tirando del ramal bastantes trozos. Con el agravante de que hacía calor y estábamos gastando más agua de la debida, así que empezamos a racionar nuestras reservas.

Poco a poco logramos coronar, y comenzamos una bajada preciosa por un prado plagado de ciervos. Por allí todo lo peor estaba pasado, y tras un par de kilómetros por un camino semiperdido, encontramos una pista perfecta que nos llevó hasta el Tajo, que remontamos para vadearlo en “la central de abajo” y aprovechamos para remojarnos. Ducha rápida, y recogida y cierre, hasta el año que viene, que habrá que repetir.

Relato más largo con tracks y perfiles y fotos, en la página del séptimo piñón: Peralejos Weekend

martes, septiembre 01, 2009

Viaje a Bulgaria (VII): Los días de relax

Después de la paliza ciclista, nos quedamos unos poquitos días más para aprovechar el viaje y disfrutar de manera más relajada de otros lugares de Bulgaria. El día que acabamos las rutas la vuelta hasta Sofía se hizo bastante larga (nos habíamos alejado bastante), con lo que llegamos tarde y nos fuimos a descansar casi sobre la marcha.

Al día siguiente salimos de nuevo hacia las montañas para visitar el monasterio de Rila, impresionante construcción entre las montañas rodeado por un espectacular hayedo. Como era 15 de agosto y en Buglaria también era el día de la virgen, aquello estaba bastante atestado, lo que hizo que no visitáramos la cueva que dio origen al monasterio, y que acabáramos comiendo en Blagoevgrad, ciudad universitaria donde vimos se acicalan los búlgaros para las bodas.

Desde allí fuimos a Bansko, bonito pueblo famoso por contar con una gran estación de esquí, con sus calles muy animadas y un curioso monumento a mayor gloria de algún búlgaro famoso. La cena fue bestial...

Al día siguiente, visitamos la iglesia de Bansko, caracterizada por su policromía (en proceso de restauración) y por unas enormes columnas de madera construidas de troncos únicos. Tambien nos llamó la atención al cantidad de esquelas, que ponen cuando alguién muere, a los 40 días, a los 6 meses, al año y así mientras que se acuerden del difunto... El resultado es que parece que o bien ha habido una epidemia, o bien algunos se mueren varias veces... curioso.

Desde allí fuimos a Dobarsko, pueblo famoso por contar con una iglesia muy antigua cuyas pinturas del siglo XVII incluyen una curiosa representación de Jesús en una especie de nave espacial (si quieres más información, pincha en el vínculo; también parece que salió en uno de los rigurosos ;-) programas de Iker Jiménez).

En el entorno de la iglesia asistimos a una bonita representación de bailes regionales por parte de un grupo de abuelas de Dobarsko, que incluyó cánticos, bailes y algún que otro cachondeo. Precisamente fue en casa de una de las abuelas donde comimos y pudimos conocer una casa búlgara por dentro y a sus habitantes. Por la tarde nos desplazamos hacia Melnik, cruzando las montañas y parando en un curioso pueblo que nos mostró lo atrasadas que están algunos lugares de Bulgaria.

Al día siguiente, hicimos un poco de senderismo desde Melnik hacia el monasterio, subiendo las curiosas pirámides de arena características del lugar. El monasterio también es curioso, sobre todo si asistes a un bautizo ortodoxo (no entendí casi nada, solo mucho amen, amen, amen...).

Desde Melnik nos fuimos a Sofía ya que queríamos aprovechar la ultima tarde para visitar algo más la capital. Hacía un día fantástico de verano, con mucha gente por las calles. Visitamos una iglesia, y nos paseamos por sus esplendidos parques y vimos el teatro.

Cena para hincharse por muy poco dinero, y despedida y cierre, que al día siguiente había que madrugar para coger el avión.