El año pasado vimos los carteles, pero no participamos. Este año, con el Séptimo Piñón en pleno, nos incorporamos a la marcha. El itinerario, algo más de 60 kilómetros dando la vuelta al sur de Ballesteros, ya lo hicimos la primavera pasada, ahora con las primeras lluvias de septiembre estaba muy bonito. La convocatoria un éxito, casi 200 ciclistas rodando por ahí.
El acontecimiento del día era que unos pocos estrenábamos la equipación del séptimo piñón, peña sin estatutos, abierta y amigable. Rompiendo las reglas del blog, me autorretrato con dicho uniforme.
En una ruta tan grande, con tanta gente, pasa de todo, pero lo principal es que lo pasamos bien. Estuve de fotógrafo y, como va siendo costumbre ultimamente, me dediqué a experimentar con el vídeo. Esto es lo que hay.
En resumen, una buena experiencia, al final migas, botellines, helados...
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