jueves, noviembre 29, 2012

En la casa


Otra película francesa, y van unas cuantas... Otra película interesante, en este caso, basada en una novela de un español. Un guión intrigante, donde se mezcla lo real y lo imaginario, de modo que los personajes se van conectando de manera real y/o virtual, cayendo en una red que los atrapa a todos, muchos de ellos sin saberlo.

Un joven con talento va hurdiendo un plan para entrar en una casa, y allí dentro, comienza a transformar las cosas, a hacer salir los miedos, a mostrar las carencias de sus habitantes. Y en eso, se mezcla un relato, una historia, mitad cierta, mitad falsa, que acaba contaminando la vida del profesor del lengua del joven. Buena historia, buen ritmo, buenas interpretaciones... il faut la voir, mejor en francés, eso sí.

jueves, noviembre 22, 2012

Canal de Castilla (III): Palencia - Valladolid


Última etapa del viaje por el canal de Castilla, con un poco peor tiempo, más nubes y viento y, por tanto, peor luz para las fotos. A los pocos kilómetros, y tras pasar por alguna que otra esclusa y fábrica de harina que a estas alturas ya no llamaban tanto la atención, comprobamos con tristeza que no llegábamos a tiempo de asistir a un concierto de ese gran músico que es Kiko, pero aproveché para hacer otro collage urbano a salto de mata.

Dueñas es conocido por, entre otras cosas,  unas casas-cueva muy curiosas. Visitámos la iglesia y nos tomamos unos cafetitos en la plaza del pueblo, bonito, pero como muy abandonado. Eso sí, a la salida, nos despidió un monumento a ese alarde tecnológico que es el botijo.


Este tramo es menos interesante, al estar el territorio más transformado, más humanizado. Además, en un tramo el canal discurre casi paralelo al ferrocarril, lo que nos permitió fotografiar unos de los regionales que un par de días antes nos habían llevado desde Valladolid a Alar del Rey.


Un poco más adelante, llegando a un lugar llamado el Estrecho en los topográficos, la duplicación de calzada de la A-62 ha destrozado un camino de sirga, el del oeste. Desgraciadamente no está señalizado con lo que tuvimos que desandar unos pocos kilómetros para cambiar de lado.

Según nos acercábamos a Valladolid empezamos a ver algunos leguarios similares a los del camino Real de Santander a Reinosa.
En una de las fábricas abandonadas de harina nos paramos a hacer una fotos y a comprobar los terribles efectos del abandono. Una pena lo rápido que se vienen abajo estas construcciones otrora magníficas.

Cerca de Valladolid se conseva la única esclusa navegable que todavía tiene las compuertas practicables. Por esta zona ya no son ovaladas, parece que corresponden a un periodo más tardío en que optaron por hacerlas rectas aunque no se pudieran cruzar dos barcazas.


A final del camino, la dársena de Valladolid, fin del trayecto, y lugar de celebraciones por acabar el reto sin novedad y habiendo disfrutado de un fantastico viaje. Comida a base de habuerguesas y bocatas, y a cargar el coche y volver para casa, que sin darnos cuenta, el puente se acababa.

Navalpino 2012, la quinta

Un año más de vuelta a Navalpino, a disfrutar de este entorno natural tan privilegiado y, porqué no decirlo, tan poco explotado. Como todos los años, buen rollo, senderistas, y ciclistas. Este año nos habían preparado una sorpresa, la ruta iba a pasar por unos baños de origen romano que parece que merecen la pena verse. Los organizadores habían hablado con el guarda de la finca en la que se encuentran y este había dado su visto bueno. Desgraciadamente, el espíritu de Delibes y sus santos inocentes sigue vivo en estas tierras, y resulta que ese domingo apareció por la finca "el amo", con unos amigos para pegar unos tiros y no quería ciclistas por la zona. Así que la ruta se fastidió, hubo que dar media vuelta, y dejar al "señorito" que se quedara con su finca (menos mal, que como Dios es justo, en el juicio final no creo que le pasen esta muestra de egoísmo por alto y seguro que acaba en las calderas de Pedro Botero, por ejemplo).

Vuelta por el bosque hacia el pueblo, una tramo muy chulo con bajada divertida incluida, las tradicionales cocas del avituallamiento (bien, aunque se echan de menos las antiguas, sobre todo por el tamaño descomunal de las porciones), y a continuar ruta por una zona muy bonita con single track incluido por una arroyo, y sube baja rompepiernas para acabar la ruta.

Ducha gélida, que como dijo uno, o te mataba o te dejaba nuevo, y a comer un cocido, que a mí me supo bastante bien y eso que no soy muy de cocidos. Habrá que volver en otra ocasión, a ver si el "señorito" se queda en casa esa vez, y a seguir dinamizando económicamente a los Santos y los Inocentes.

miércoles, noviembre 14, 2012

Canal de Castilla (II): Frómista - Palencia



Tras un buen desayuno, nos pusimos en marcha en Frómista para una etapa algo más corta que nos llevaría a Palencia. Nada más retomar el canal, nos reciben las impresionantes esclusas de Frómista. Se trata de un conjunto de cuatro esclusas encadenadas, como muy bien muestran los carteles indicadores.


Enseguida cruzamos bajo un curioso puente oblicuo del ferrocarril con una disposición de los sillares de la bóveda que no había visto nunca (cierto es que son raros los puentes oblicuos de fábrica).

Desgraciadamente, los ingenieros de carreteras que hicieron el puente de la N-611 no fueron tan respetuosos con el canal, y la viga, también oblicua, destroza una de las esclusas. La carretera pasaba por allí para aprovechar el puente de la esclusa, y luego, cuando dejó de serle útil, acabó con él. Solo los más fuertes sobreviven.


Poco más adelante, pasamos por otro acueducto para salvar un arroyo, más pequeño que el de abánades del día anterior, pero no por ello menos impresionante.

Llegamos a calahorra de Campos, el punto donde el canal se junta con el río Carrión. Allí hay un monumento del tiempo de Carlos IV que conmemora la fecha en la que las aguas de canal (Pisuerga) y Carrión entraron en contacto.


También hay otro interesante conjunto de esclusas,


y una antigua central eléctrica abandonada, y de peligrosa visita.


De nuevo por el camino de Sirga, a la caza de esclusas, y puentes exentos, allí donde se cruza el canal sin coincidir con una esclusa, como sucede en el puente de Valdemundo, construido por Lemaur, famoso por haber hecho el paso de Despeñaperros.

Poco más adelante llegamos a el Serón, punto donde el ramal de campos se separa del nuestro que nos acabará llevando a Valladolid. Allí, de nuevo una esclusa y una fábrica de harinas.


Poco antes de Palencia paramos a comer en Grijota, donde conocimos a un catedrático y a un doble de Cachuli. Nos echamos unas risas con ellos, nos apretamos unas espectaculares hamburguesas, y a seguir camino hasta Palencia, pasando por la enésima fábrica de harina.


El canal tiene un bonito ramal que llega hasta la dársena de Palencia donde se ha habilitado el museo del agua (estaba cerrado). Dimos una vuelta en Palencia con las bicis, y nos subimos hasta un otero en el que hay una rara figura de Cristo. La subidita chula, y las vistas de la ciudad mejores.

Dejamos las bicis, y tras una duchita, nos fuimos de cañeo y tapeo por el agradable casco de Palencia, una ciudad bastante más interesante de lo que uno pensaría a priori.

martes, noviembre 13, 2012

El ladrón de palabras


Una historia dentro de otra historia, y esta dentro de otra a la vez. Con este planteamiento de partida, uno podría pensar que se trata de una chorrada, pero no, se trata de una película elegante, vistosa y sorprendente, donde las historias se entrecruzan, donde la ficción se desarrolla dentro de la ficción para acabar contando una realidad. Si, parece confuso, pero no lo es.

Un Jeremy Irons que se sale, un cínico Denis Quaid muy en su papel, y un conjunto de jóvenes actores que se acompañan de un buen rodaje, una música en su sitio, un toque de meláncolia. Al final somos nosotros los que elegimos, lo dificil es vivir con ello. Bueno, ese es uno de los mensajes, puede que sea cierto, puede que no. Ve al cine, y encuentra tus propias respuestas.

lunes, noviembre 12, 2012

Frankenweenie


Nos fuimos a ver la útlima de Tim Burton, que a mí me parece uno de los pocos directores que siguen aportando magia e imaginación al cine, y hace de las pelis algo más que un correcto ejercicio estilístico. Se trata de otra película a base de marionetas y slow motion espectacularmente realizada, divertida, con muchos guiños al cine de terror, y con personajes que, si bien ya no sorprenden porque se parece a otros de Burton, no dejan de ser atractivos.

Un perro Frankestain muy simpático, un niño cineasta (posiblemente algo autobiográfico?), unos niños intrépdidos, y una mezcla de vida constumbrista americana de los 50, con casa modelo standard de Levittown incluida, y tiempos actuales. Un buen rato de la mano de esta panda de seres maravillosos.

sábado, noviembre 03, 2012

Joaquín Reyes

Rematando el achuchón del Quijano, el sábado nos fuimos a ver a Joaquín Reyes, ese chavel majete de Albacete que se dedica a hacer reír al personal por el módico precio de 18 €, y que, como es listo, y sabe que esto del tirón popular dura poco, está aprovechando para hacer caja, antes de que la peña se aburra de sus vocecillas y gestos. Pero bueno, mientras eso llega, nos reímos bastante, aunque el show, intenso, eso sí, a algunos se les hiciera un poco corto. Pero bueno, prefiero intensidad y calidad a que me alarguen el tema para que no me quede con cara de "qué poco ha durado".

Madame Bovary


No nos prodigamos mucho al teatro, aunque tampoco hay demasiadas opurtunidades, y menos ahora con la crisis. Por eso, y por el empuje de una amiga, nos lanzamos a ver Madame Bovary, que resultó no ser una ópera. Reconociendo mi total desconocimiento de la novela de Flaubert, quizás no sea la persona más adecuada para juzgar. Me gustaron unas cosas, otras no tanto, pero no tengo claro cuales son culpa de Flauvert y cuales de la libre adaptación para la escena. Me gustó la iluminación, me cansineo un poco la música que a veces no dejaba oir, me gustaron las interpretaciones, me sobraron escenas, me faltaron otras quizás, porque la obra pega un par de saltos que solo se entienden cuando los actores se ponen a pensar en voz alta (esto no sé si me gustó, a veces sí, otras no). No me gustó el marido cornudo, si el actor, pero no el personaje, un tanto increíble. Y ella, quizás esperaba algo más sofísticado, aunque solo fuera por el nombre. Pero bueno, aunque en algún parón se me hizo pesada, al final, pasamos un buen rato.