jueves, noviembre 22, 2012

Navalpino 2012, la quinta

Un año más de vuelta a Navalpino, a disfrutar de este entorno natural tan privilegiado y, porqué no decirlo, tan poco explotado. Como todos los años, buen rollo, senderistas, y ciclistas. Este año nos habían preparado una sorpresa, la ruta iba a pasar por unos baños de origen romano que parece que merecen la pena verse. Los organizadores habían hablado con el guarda de la finca en la que se encuentran y este había dado su visto bueno. Desgraciadamente, el espíritu de Delibes y sus santos inocentes sigue vivo en estas tierras, y resulta que ese domingo apareció por la finca "el amo", con unos amigos para pegar unos tiros y no quería ciclistas por la zona. Así que la ruta se fastidió, hubo que dar media vuelta, y dejar al "señorito" que se quedara con su finca (menos mal, que como Dios es justo, en el juicio final no creo que le pasen esta muestra de egoísmo por alto y seguro que acaba en las calderas de Pedro Botero, por ejemplo).

Vuelta por el bosque hacia el pueblo, una tramo muy chulo con bajada divertida incluida, las tradicionales cocas del avituallamiento (bien, aunque se echan de menos las antiguas, sobre todo por el tamaño descomunal de las porciones), y a continuar ruta por una zona muy bonita con single track incluido por una arroyo, y sube baja rompepiernas para acabar la ruta.

Ducha gélida, que como dijo uno, o te mataba o te dejaba nuevo, y a comer un cocido, que a mí me supo bastante bien y eso que no soy muy de cocidos. Habrá que volver en otra ocasión, a ver si el "señorito" se queda en casa esa vez, y a seguir dinamizando económicamente a los Santos y los Inocentes.

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