domingo, julio 25, 2010

Harvest en FNAC Madrid

El sábado, tras un raid por el Decartón para equiparnos para las rutas pirenaicas del verano, nos acercamos a otro de esos terroríficos lugares de la mutante periferia madrileña. Si hace ya unos meses estuvimos viendo a Marillion en el hotel auditorium (otro lugar incatalogable), ayer nos tocó ver a Harvest en todo de estos "no lugares" de la periferia: el centro comercial Plaza norte.

Posiblemente promovido por la misma promotora, y con un decorador de la misma escuela, más tufo rancio de tanatorio para animar al personal a comprar. No sé si funcionará, pero da miedo. Por cierto, seguro que es de la misma escuela que el centro comercial Gran Vía de Barcelona.

Bueno, vamos a lo agradable, Harvest presentando en semiacustico su albúm Underground Community en el Fnac (supongo que tendrán que promocionar el de Plaza norte, pero vamos, donde esté Callao...). Aunque no se enteró mucha gente, allí unos pocos privilegiados disfrutamos de un concierto íntimo, de esos en los que uno se puede dar cuenta de cómo la música sale de los instrumentos, se puede percatar de alguna nota que se escapa, o incluso si se cuelgan los teclados.

La verdad es que esto de los conciertos no es más que una muestra del péndulo de la vida. De AC/DC a Harvest, de 60.000 personas a 30 (más o menos), de mucha electricidad y muchos watios al sonido casi acústico, de Johnson desgañitado a la voz angelical de Monique, de Angust Young sudando en calzoncillos a Jordi tocando como si nada, del pick-bass despastillado de AD/DC al hábil finger bass de Roger... na que ver, ¡¡¡vivan los contrastes!!!.

En todo caso, un buen repaso al disco entre no pocos amigos (si quieres bajarlo, aquí) con un tema nuevo que me gustó, algo de bufones, creo. Mereció la pena el viaje.

domingo, julio 18, 2010

Ruta Azuer+Guadiana+tablas=molinos (II)

Continúo con la segunda parte de la ruta por los molinos del Guadiana que hicimos hace unos meses. Me quedé sin baterías en puente Navarro, puse foto del molino, pero no del puente de la carretera del XIX, que tiene un primer tramo de tres arcos de libro...

...y un segundo tramo, largo, completamente derruido como consecuencia del asentamiento de las cimentaciones provocado por la bajada del freático, la combustión de las turbas, y demás consecuencias de la alteración del Guadiana.

El sigueinte molino de nuestro periplo por el Guadiana era Flor de Ribera, en un deplorable estado (como casi todos).

El molino debió ser impresionante en tamaño, por la altura de los muros que se conservan. Por desgracia, como no intervenga alguien pronto para consolidar lo que queda, Flor de Ribera será pronto un recuerdo del que solo quedará el topónimo (como el molino de Malvecinos que había poco más adelante).

Junto a Flor de Ribera, queda un bonito tramo del puente de acceso. Desde allí tiramos para Campomojado, una aldea situada un poco al norte. Antes de llegar, una interesante alcantarilla del modelo oficial del XIX. Hermosa, ¿no?

En Campomojado hubo una torre del telégrafo óptico, la siguiente a la correspondiente a la casa de la Dehesa. Fuimos a buscarla, pero solo encontramos un montón de escombros. Aquí lo dejo, por si eso. Una pérdida patrimonial más.

P.D.: Sigue el vínculo para ver la primera parte.

lunes, julio 12, 2010

La laguna de Alcolea

Julio, 2010, ruta del domingo, la laguna de Alcolea con agua. Increíble. A la vuelta, la laguna de Valverde con agua. Supongo que con este calor la evaporación hará su trabajo, pero ahora es inaudito que todavía tengan agua. Este año ha sido único.

A algunas hasta parece que les dio por darse un bañito. Pedazo de patrimonio natural los humedales manchegos. Tesoros que solo disfrutamos unos pocos, que siga así.

domingo, julio 11, 2010

Dijon + Besançon

Viaje por motivos laborales a la Borgoña y al Franco Condado (que en su día fue español), provincias de Francia que, como puedo comprobar cada vez que por allí me pierdo, es mucho más que París. En Dijon las calles del centro estaban decoradas con banderas de tufo medieval, pocos coches, acceso restringido, peatonal... Ciudad interesante.

Bastante patrimonio, iglesias con fachadas interpuestas, ciclistas... Desgraciadamente, nuestras obligaciones laborales no nos dejaron mucho tiempo para disfrutar de la ciudad. Pero la verdad es que tiene muy buena pinta y hay algo más que mostaza, como comprobamos a la hora de la cena.

En Besaçon tuvimos un poquito más de tiempo y pudimos disfrutar de las fortificaciones de Vauban, con cena que te cagas en el castillo incluida. La ciudad se sitúa en un meandro del río (parecido a Toledo) y todo su perímetro está amurallado por murallas del XVII en su mayoría.

El centro como todas las ciudades francesas, edificios históricos, mansardas, pizarra en los tejados, calidad en la urbanización, limpieza, bancos de diseño, bicicletas, grandes áreas peatonales, vamos, como Ciudad Real (definitivamente, hay que viajar más, sobre todo nuestros cateto políticos municipales, de todos los colores).

Por cierto, en Francia, los carteros reparten en bici. Ah, la France, como me puede gustar tanto un país cuando su gente me gusta tan poco (aunque hay de todo y con algunos me llevo bien y todo...) Je ne sais pas.

P.D.: He renovado la plantilla del blog, no sé si se quedará así, pero bueno, renovarse o morir. Vaya, la tenía que haber dejado como estaba ;-)

sábado, julio 10, 2010

Un flechazo extemporáneo: Russian Red.



Hace tiempo, va siendo bastante, fuimos a ver una película de Javeir Fesser, Camino, que en su día ya comenté por aquí y que, a pesar del tema y de las circunstancias me encantó. En esa película, de repente, y quizás por tener la sensibilidad un poco a flor de piel, un flechazo. En uno de los muchos momentos mágicos de la película, comenzó a sonar una guitarra, dos notas alternadas, y de repente, una voz. Cigarrettes es el tema, Russian Red el grupo. Pocas veces escuchas una canción y a la primera, dices, coño aquí hay algo especial.

Ahora, bastante tiempo más tarde, y gracias a Spotify, redescubro y le pongo nombre a esa voz, a esas dos notas... Simplemente excepcional, fuera de lo común. La versión del tema de Cindy Lauper, también merece la pena. Y si no te gusta, no pasa nada, para gustos, los colores...

domingo, julio 04, 2010

EE.UU. (VII): Lake Tahoe

Lento pero seguro, ya casi acabo las crónicas del viaje a EE.UU. Tras Reno, nos subimos a la sierra para ver el lago Tahoe, complemento del lago pirámide. De hecho las aguas de uno acaban en el otro. Curioso pasar en pocos, muy pocos kilómetros, del desierto a la montaña y la nieve.

El lago Tahoe es un lago en altura, enorme, espectacular, rodeado de montañas que en mayo todavía conservaban bastante nieve. Como se ve, el agua cristalina, el paisaje increíble, la naturaleza...

El lago tiene una carretera que la rodea. En la carretera miradores, centros de interpretación. Arriba uno, con explicaciones interesantes para los turistas e incluso una hucha para hacer donativos. En España, estaría todo grafiteado, vandalizado por animales de bellota. En cuestión de civismo, mucho que aprender de los americanos.

Alrededor del lago Tahoe, hay playas, chalets, una zona de casinos en el lado de Nevada, donde el efecto frontera de las leyes sobre el juego se dejan ver en el territorio.

La Scenic byway que rodea el lago es espectacular, muy fotogénica, como casi todo en América.

Una vez recorrido todo el lago, vistas unas cascadas, hecho trekking por un microsendero , y un picnic en un pantalán, nos dirigimos a Truckee, conocido pueblo fronterizo en el ferrocarril. Truckee conserva un centro un poco como en el tiempo del oeste, y por allí encontramos esta curiosa bici con motor de explosión.

También en Truckee una gasolinera restaurada como en los años 30. De hecho por allí pasa una carretera histórica, por la que salimos por una zona de estaciones de esquí.

La vieja carretera pasa junto a otro lago más pequeño, y sube sube hacia un puerto que hoy no tiene tráfico ya que el tráfico de paso utiliza la Interstate. Las vistas, entre la nieve, impresionantes.

En la carretera, un curioso puente en arco de hormigón en curva de los años treinta, perfectametne mantenido y puesto en valor mediante un mirador. En cuestión de carreteras, también tenemos que aprender de los yankees.

Desde allí nos despedimos de la montaña, y con el cruise control en 65 mph nos pegamos una palizilla de coche para llegar de regreso a Berkeley. Corta escapada, pero bien aprovechada.