Una oportuna llamada de mi gran compañero de batallas, conocido por ahí como l’esprit de l’escalier, y creador de la copa Garris hizo que el pasado fin de semana (algo más que eso) nos escapásemos a Logroño, tierra de vinos, a hincharnos de cerveza irlandesa (paradojas de la globalización, que se estará de acuerdo o no, pero como dijo uno al ser descubierto por su mujer del brazo de su amante, esto es lo que hay).
Viaje interesante, con grandes aventuras y descubrimientos que iré desglosando poco a poco. Para empezar, y puesto que es tarde y no tengo muchas energías (consecuencia de la resaca, muy probablemente), me centro en el descubrimiento más importante del viaje:
Viaje interesante, con grandes aventuras y descubrimientos que iré desglosando poco a poco. Para empezar, y puesto que es tarde y no tengo muchas energías (consecuencia de la resaca, muy probablemente), me centro en el descubrimiento más importante del viaje:
LA BOUTIQUE DEL LUBRICANTE
Aunque el nombre suena a centro de comercialización de sustancias adyuvantes de las relaciones sexuales, se trataba, nada más y nada menos que de eso, de una tienda donde encontrar todo tipo de lubricantes (tamaños, marcas y colores).
Aunque el nombre suena a centro de comercialización de sustancias adyuvantes de las relaciones sexuales, se trataba, nada más y nada menos que de eso, de una tienda donde encontrar todo tipo de lubricantes (tamaños, marcas y colores).
¡Lástima que estuviera cerrado y no pudiera hacerme con una lata de Repsol sintético 50/40W, con la ilusión que me hace. Otra vez será!.
Si vas a Logroño, olvídate del vino (que seguro que es bueno, que no se enfade nadie), y busca La boutique del Lubricante. Surrealista. Y no olvides lubricar tu vida, hay que estar preparado para todo.
Próxima entrega: las Bodegas del Marqués de Riscal y L M Q L P.
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