Este puente de San José estuvimos de bici en Fuencaliente. El primer día, hicimos una ruta preciosa, algo durilla (IBP de 96) y de casi 60 km. La ruta me la bajé de Wikilog, por si alguien le interesa hacerla. El recorrido comenzó en el puente de la carretera sobre el río Montoro, y fuimos a las Minas de Horcajo pasando por el túnel de ferrocarril de Puertollano a Peñarroya (que esperemos que algún día sea una vía verde). Minas de Horcajo es un pueblo abandonado (y demolido) que en su día llegó a tener 1800 habitantes y donde solo se conservan los castilletes de las minas, una central hidroeléctrica y la iglesia. Ya estuvimos aquí hace un año cuando hicimos las rutas desde Villanueva de Córdoba.
Igual que entonces nos acercamos a ver el viaducto del viejo ferrocarril. Intenté llegar por abajo, pasando bajo el Viaducto del AVE, pero nos dimos contra una valla de 2 metros de altura con lo que no logramos verlo desde abajo. Otra vez será.
Desde Horcajo, salimos hacia el norte, pero en vez de usar de nuevo el túnel, subimos un bonito puerto que nos hizo pasar junto al viejo cementerio de Horcajo. Tras coronar el puerto, una bajada espectacular nos lleva hasta la parte superior de una de las embocaduras de los túneles del AVE.
Cruzamos un pequeño valle, y subimos de nuevo para salir al valle de Alcudia, a la renombrada Venta de la Inés, citada por Cervantes en Rinconete y Cortadillo, creo.
Desde allí continuamos por el valle de Alcudia, en una dehesa espectacular de encimas, cruzando arroyuelos, ahuyentando rebaños de ovejas, disfrutando de la compañía...
Tras cruzar la N-420, nos dirigimos en busca de la encina milenaria, que después de ver muchas veces los carteles en la carretera, por fin iba a ver. La encina es espectacular, a pesar de que por los años tiene ya cicatrices de haber perdido algunas ramas.
Quizás una foto con gente hace entender mejor el tamaño del árbol. Impresionante. Cobijados por su sobra hicimos un pic-nic para recuperar energías, todavía nos quedaba un buen trozo de ruta. Continuamos por el valle y, poco antes de pasar de nuevo bajo el FC Puertollano - Peñarroya, de repente descubro que el GPS no ha cargado el resto del recorrido, con lo que toca tirar de tablas, de memoria, de orientación (y de la cartografía del GPS, todo hay que decirlo), y tirar para adelante. Como no teníamos claro cual era el camino correcto acabamos junto a la ruta del Quijote, pero al otro lado de otra gigantesca valla cinegética de 2 metros de altura. ¡Qué puta manía de ponerle puertas al campo!
Tras andar un poco por la valla encontramos un resquicio para pasar por debajo aprovechando un pequeño cauce, y las bicis, no sin esfuerzo pasaron por encima de la valla. Ya localizados, subimos pro la ruta del Quijote el puerto de Ventillas, duro pero no imposible. Bajada fulgurante y, tras vadear el MOntoro, llegamos al pueblo, respostaje de agua, y salida hacia la carretera. Un atajo improvisado nos permitió ver unos venaos y, sin más novedad, acabamos junto a los coches, cansados pero alucinando del espectacular día de bici que habíamos pasado. Y todavía quedaban dos días...
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