Este domingo hicimos una ruta bajo la lluvia de las bonitas. Salimos hacia el sur, subiendo a los cerros que flanquean el Jabalón, tapizados por florecillas moradas: ¡viva la primavera!
Poco más adelante, bordeamos el Jabalón, todavía crecido, hasta llegar a un meandro que deja a la vista unos impresionantes plegamientos de cuarcitas. Por allí nos salió un impresionante zorro de gran tamaño.
Poco más adelante llegamos al Guadiana que, poco antes de fundirse con el Jabalón, atraviesa un espacio precioso donde quedan restos de dos molinos, el de los rodeznos y el "molino nuevo". Antes habíamos pasado por aquí, pero este domingo nos detuvimos a ver qué quedaba del molino.
Algunos arcos del puente que le daba acceso. El molino hoy sigue sin agua pese a la crecida del Guadiana, puente que este se encierra en el cauce principal en el otro lado del molino.
Del edificio del molino quedan un par de muros, y los arcos que dejaban pasar el agua. Todavía quedan un par de piedras que nadie ha hecho por llevarse como suele ser habitual. La tipología constructiva es bastante diferente a los molinos del Guadiana del entorno de las tablas (ver post anterior).
Bueno, aquí queda esto, otro trocito de patrimonio en vías de extinción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario