Visita a Ruidera, a ver el agua, en cantidad, aprovechando las fiestas, para comer, un paseo y ver aquello. Un buen momento para sacar de paseo a la nikon, que la tengo un poco olvidada. Las fotos de naturaleza no son mi fuerte (bueno, ningunas los son), pero bueno, había buena luz pese a estar en las horas centrales del día.
Mucha gente, sobre todo cerca de la carretera. Fuimos hacia la ermita de San Pedro, y por allí estaba todo un poco más tranquilo.
A la vuelta pasamos por el pantano de Peñaroya, que está rebosante, nunca mejor dicho.
Allí también había gente, alguna parejilla que se hacía fotos, un deja vu más.
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