Más cine: Charlie y la fábrica de chocolate

Otra vez a la filmoteca a seguir con el ciclo de Tim Burton. Hoy tocaba Charlie y la fábrica de chocolate, el remake de la película que en su día protagonizara Gene Wilder. Cuando se estrenó me quedé con ganas de ver la película de Burton, sobre todo porque recordaba haber disfrutado mucho viendo de niño la antigua (Willy Wonka & the Chocolate Factory, 1971) en esas sesiones de cine para niños que ponían en la tele (la única) los sábados y los domingos después de comer. Claro que después llegaron las privadas, y el cine infantil, de romanos, piratas, bélicas, o westerns, fue sustituido (a la vez que desaparecieron los dibujos animados de las sobremesas de los fines de semana) por aburridos telefilmes más orientados al público adulto que es quien gobierna el mando a distancia o, por lo menos, el que tiene la decisión de compra en las familias (las madres sobre todo), que son el objeto de la publicidad y, por tanto, de los programadores que, como todos sabemos ya, solo se mueven por dinero. Luego se quejan de la que juventud no va al cine más que a ver jilipolleces, pero uno no aprende a apreciar el buen cine por ciencia infusa.

La película de Burton es una digna heredera de la original. Diría que solo Burton podría haberla hecho sin fracasar en el intento, ya que la historia tiene esa necesidad de magia y fantasía que solo él sabe dar. Depp me ha gustado, aunque me parece que su personaje tiene poco que ver con el de Wilder, aunque quizás el que ha cambiado sea yo. Si al ver la película original Willy Wonka me pareció un adulto un poco chiflado e infantil, hoy Depp me ha parecido un niño que no ha llegado a hacerse mayor. Las cosas cambian desde el punto de vista que se ven, y por desgracia ya no tengo 11 años.


Técnicamente la cosa ha mejorado. La peli estaba centrada aunque por desgracia seguimos ( y me temo que para largo) en el mundo del DVD, lo que por otra parte es comprensible dadas las circunstancias. Han amenazado con proyectar la semana que viene la novia cadáver en V.O. ¡No me lo puedo creer!