Con compañeros de trabajo y sobre todo amigos, nos fuimos Kla y yo a visitar el parque minero de Almadén: la mina, el museo, el hospital de mineros... Almadén es un sitio interesante, lejos de todo, con pocas alternativas económicas a la mina que perecía eterna , y que ahora, cerrada, se convierte en un atractivo turístico. Con no poca inversión (mama Europa al ataque, y al rescate: fondos FEDER, fondos Miner...), se está en proceso de convertir la mina y todo lo que la rodeaba en un parque minero.
La visita a la mina es muy curiosa. Te bajan a 50 metros, y durante más de una hora recorres los túneles viendo las distintas técnicas de excavación explotación, un malacate subterráneo, la galería de forzados por la que los presos iban a trabajar a la mina, un trenecito de mina que te saca de las entrañas de la tierra, etc...
Después vimos los restos de la cárcel en la Escuela de Minas y su museo, que tiene una buena colección de fósiles y minerales. La visita demuestra que el patrimonio minero puede ser una alternativa en Almadén, aunque necesitan territorializar el patrimonio: incluir otros atractivos en la comarca (Almadenejos, Chillón, el medio natural, etc...), completarlo con actividades, senderismo, bici, etc... a ser posible utilizando el patrimonio: puentes del camino del Azogue, el puente de hierro, ermitas, etc... y el medio natural, valioso sin duda. La clave es conseguir que haya suficientes cosas para ver como para justificar un viaje de fin de semana, puente o Semana Santa, en lugar de ir en el día. De esa manera el turismo empezará a dejar riqueza, la misma que salía de la mina y partía camino al mundo dejando muy poco en Almadén.
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