El tercer día, tras un desayuno revitalizante, nos dirigimos desde las Negras a Rodalquilar, pueblo minero que conserva un curioso patrimonio industrial.
Desde allí, por una antigua carretera sin pavimentar que atravesaba todo el territorio minero, llegamos hasta el pueblo de Los Albaricoques, en cuyas calles se rodaron Por un puñado de dólares, en 1964; La muerte tenía un precio, en 1965; El bueno, el feo y el malo, en 1966...
Más adelante pasamos por el Cortijo de El fraile, escenario real de los acontecimientos que inspiraron a Lorca para escribir Bodas de sangre.
Poco más adelante salimos a una antigua carretera abandonada que servía para bajar a las Negras, y que hoy queda perdida sin uso. Una pena, porque las vistas son espectaculares. Cuantas viejas carreteras habría que utilizar para estos usos, más cómodas para la bici que las nuevas, que suelen tener mayores pendientes y, por supuesto, mucho y peligroso tráfico.
Antes de recogernos, nos acercamos a la playa para disfrutar de un ratito de tranquilidad junto al mar.
En resumen, unos días geniales para olvidarnos de navidades e inviernos, y disfrutar de ese paraiso que es el Cabo de Gata.
P.D.: Hay una crónica más detallada e intersante en la web del séptimo.
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