Ya no publico las rutas de los domingos, porque puede resultar pesado, porque los sitios se repiten... Pero este domingo la ruta era nueva para mí: tocaba darle la vuelta (por detrás) a un sitio de triste recuerdo, la base de helicópteros del Bhela I de Almagro, donde perdí un mes de mi vida cuando más productiva era (hoy perder un mes no sería tan grave ;-)).
A la vuelta, paramos en un vieja quintería abandonada (de tantas), cerca del paraje de los Cabezos. Quinterías que explican un territorio de latifundios de secano donde la gente tenía que vivir a pie de campo hasta que apareció el coche, los gañanes (en el mejor sentido de la palabra) se mudaron a los pueblos y abandonaron estas construcciones.
En la Quintería en ruinas resiste inmutable una extraña construcción. De planta cuadrada, coronada por una bóveda sobre pechinas, con un tambor cilíndrico y los restos de una vieja cubierta de teja árabe casi desaparecida sobre un cono. ¿Qué es? Parece una ermita o una pequeña capilla, sobre todo por un par de ventanucos redondos en las fachadas este y oeste. Pero a saber. Quizás hace muchos años un antepasado de Aldo Rossi se puso a jugar con la concepción de otro pequeño teatro del mundo... (ver post).
Las nubes hicieron que los paisajes fueran espectaculares, y el viento hizo que la ruta, pese a ser llana, se hiciera dura. Un lujo en todo caso.
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