domingo, agosto 18, 2013

La mejor oferta


Guisseppe Tornatore nos hizo llorar inmisericordemente con la efectista cinema paradiso hace ya unos cuantos (muchos) años, por lo que lo que tenía curiosidad por ver (oír es imposible en Ciudad Real, así que oí a unos hablando en vez de a los actores) su nueva película, La mejor oferta. Me habían hablado bien, pero no sabía nada de la película (como creo que es bueno ir al cine).

Lo primero que sale es un actor que te suena, y te tiras un buen rato pensando... ¿en qué película salía este? Al final caes en que es el logopeda del Discuroso del Rey. Bueno, bien, me gustó.

La película tiene ese juego que Pérez Reverte domina en sus novelas de meterte en un mundo singular (en este caso el de subasteros de arte), mostrarte los entresijos del negocio, y descubrir a partir de ahí, a personajes perturbados (no nos engañemos, sin personajes perturbados, locos, neuróticos, etc. muy pocos son capaces de hacer buen cine (un recuerdo para V. Erice aquí)). La trama está bien rodada, auqnue a veces es un poco cansina, y ese juego que se traen los protagonistas te hace pensar... venga, ya, que pase algo. Por otro lado, Tornatore abusa (en mi opinión) del dramatismo de la música de fondo, que a veces se hace casina y marca demasiado claramente las pautas de la trama. Pero si eres de los que no se fijan en como está hecha la peli, no molesta mucho, si te fijas, te das cuenta de cómo juegan descaradamente contigo).

Al final me gustó, podría estar algo mejor, ser más fresca quizás, pero está bien, y la historia es sorprendente, y los actores están bien. Me gusto la ambigüedad de la ambientación, a veces parece claro que están en Italia, otras en París, otras en Londres quizás... ambigüedades de un mundo globalizado, supongo.

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