sábado, enero 13, 2007

Iron Maiden: A matter of life and death



Tras no pocas sugerencias de algún amigo, estas navidades un primo mio, muy maideniano él, me terminó de convencer, así que me hice con el último CD de mis viejos amigos los Iron Maiden dispuesto a hacer flash-back.

Cuando de adolescentes mis amigos admiraban (yo también) a los Rainbow, yo me declaraba más de los maiden. Mi primer contacto con el grupo fue gráfico, ya que creo que me hice con la camiseta de Killers antes incluso de oír el disco. Pero, ¿ quien se puede resistir con 14 o 15 años a la provocadora estética de Eddie con el hacha ensangrentada en la mano?



Fueron los años gloriosos de la NWOBHM y parte de mi adolescencia. Recuerdo como The Trooper sonaba una y otra vez en los coches de choque (los carritos chocones como dicen en Mexico) cuando la feria todavía se instalaba en el parque de Gasset. Para mi, los maiden son la banda sonora de esa época (junto a otros muchos claro está), que tuvo sus puntos culminantes con el lanzamiento de Powerslave, el directo Life after death (el vinilo lo tengo machacado), y por supuesto, cuando los pude ver por primera y por desgracia única vez, en directo en el Monsters of Rock celebrado en Madrid en 1988 en la gira del Seventh son of a seventh son, junto a unos jovenzuelos que destacaban, Metallica, unos ruidosos Anthrax, unos alemanes bastante melódicos que ya había visto el año anterior teloneando a Dio (Helloween) y el cantante de Banzai, Manzano. Visto con la perspectiva del tiempo, un bonito cartel por el módico precio de 2000 pesetas (12 € para los jóvenes), aunque con dos talegos en aquella época pasabamos un verano.



A partir de entonces perdí un poco el contacto con la música de los Maiden, aunque Tatoo Millionaire, disco en solitario de Bruce Dickinson (cantante de los Maiden), fue uno de mis discos favoritos a principios de los noventa. Pero hace un par de años (o más quizás) me hice con el Brave New World, y me pareció muy bueno.

Escuchando el último disco de los Maiden se detecta su evolución, y la verdad es que sorprende que estos cincuentones sigan haciendo tan buena música, que sigan fieles a su estilo, que sigan vendiendo miles de discos por todo el planeta, llenando estadios, etc., eso si, contando además con el habitual silencio de los medios ¿musicales? más comerciales.

Así que, si alguna vez tú también disfrutaste del Heavy, como dice el anuncio de la tele, déjate de jazz y otras cursilerías (con todo respeto, eh), y hazte con A matter of Life and Death, aunque solo sea para hacer flash-back de vez en cuando como yo

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