Cuarta visita al país de San Patricio y la Guinness (¡cómo nos hacemos viejos!), a visitar a mi gran amigo lespirit descalier que me tenía preparado un intensivo de Golf, tema al que voy a dedicar el primer capítulo de varios posts dedicados a este viaje. Como invitado a uno de los torneos más prestigiosos de golf, la III Copa Garris a celebrar este octubre (que une a la ya intrínseca dificultad del golf, el hecho de jugar con una resaca del 15), me he dedicado a aprender este bonito deporte. En EEUU jugué un poco y la verdad es que me gustó pero no tuve tiempo de consolidar mi juego. Por fin esta primavera me apunté a clases y ... ¡a jugar!
Hemos jugado 4 días 18 hoyos y uno de pitch and putt y drive range. Primer mito que cae: el golf cansa, un güevo. He llegado a tener agüjetas. Alguno de los recorridos que hemos hecho son más de 6 km. Segundo mito que cae: el golf es un deporte de pijos. Mentira cochina, puede jugar cualquiera, solo que si se es pijo lo hará con un polo Lacostte de cocodrilo, y si no, del Sprinfield, de arbolito. La diferencia a más de 5 metros es inapreciable, para los miopes como yo, 50 cm. Tercer mito que cae: el golf es un deporte caro. Primero, después de gastarme 1300 euracos en una bici, el golf es baratillo. Segundo, el recorrido de 18 hoyos (te tiras como 4 horas o más) cuesta como 24 euros, precio bastante asequible, diría yo ( no se juega al golf más de una vez por semana, lo que saldría a 100 € al mes, a menos que estés de intensivo como era nuestro caso).
La verdad es que mis tarjetas con todavía de principiante, con un güevo sobre par, que acaba convirtiéndose en un hadicap de 36. Pero estoy muy contento, porque entre el primer día y el último bajé como 10 golpes, y eso que el campo era algo más difícil: si sigo a ese ritmo en un año juego la Ryder :-)
Los campos en los que jugamos, públicos todos ellos, buen rollo, pocas chorradas de pijerío y gente de todo tipo. Eso sí, en entornos muy agradables y espectaculares. Además, en Irlanda tienen la ventaja de que no necesitan regar los campos de golf. Ahora bien, el inconveniente es que es fácil que te caiga un chaparrón mientas juegas, pero nada grave, no nos duró más de cuatro hoyos.
El amigo espirit se escapaba pronto del curro, cogíamos su descapotable clásico (un bonito MG, ver foto, que algún día restaurará como yo haré con un 2CV, cada cual sus cosas), y a pegar palos.
Como se puede comprobar más abajo, estilo lo que se dice estilo, uno tiene. Otro tema es que la puta pelotita vaya donde debe.
Bueno, seguiré informando de mis avances y del viaje a Irlanda. Un estimado amigo y compañero de trabajo me ha dejado unos palos con los que me voy a dedicar a practicar.
3 comentarios:
te informo que a diez minutos de cabañas han abierto un campo de golf (privado claro) y ademas en agosto abundan en la zona las pijas rubias...de madrid y las señoritas ferrolanas (que se quedan en segundo puesto, como las ciudadrealeñas), que luego no digas que no te informo de mis progresos...
Ahí, ahí, que no decaiga... yo también estoy en ello, progreso, pero todavía no sé en qué dirección, pero algo es algo.
Chema, como socio fundador de la prestigiosa competición Garris, me veo en la obligación de hacerte una pequeña apreciación: la de este año será la IV Copa Garris, no la III como erróneamente reflejas...
Publicar un comentario