La decadencia ha llegado. Todo llega. El martes me acerqué al Quijano a la filmoteca. Daban Million Dollar Baby, una de esas muchas películas que las circunstancias de estos años pasados hicieron que me dejara en el tintero. Sabía poco: que era buena, y que iba de una chica que boxeaba. Poco más. La oportunidad del ciclo dedicado a Clint Eastwood era para no dejarla escapar, pero lo que prometía se torció.
Primero, porque Paco Badía me destrozó la película al contarme de lo que iba y, lo que es peor, el final. Si el cine americano es siempre previsible, pues la única opción a algo sorpresivo se perdió.
Segundo, porque el Quijano está para remodelarlo YA! Las butacas pasadas, los asientos incómodos, decadente.
Tercero, porque aunque haya poca gente, que no se merezcan un mínimo de confort. Hacía un frío que pelaba y por supuesto, sin calefacción. Poco más de 40 personas para una filmoteca de una ciudad con 70.000 habitantes y 10.000 estudiantes es un FRACASO con mayúsculas, aunque como aficionado al cine lo sienta.
Y cuarto, porque en una filmoteca, en el siglo XXI, aunque estemos en catetolandia, no se pueden poner las películas en versión doblada. Lo siento, pero estoy hasta el culo de oír a Constantino Romero (con todos los respetos), quiero oír a Clint Eastwood, no a Darth Vader.
Conclusión, Ciudad Real, aunque estemos acostumbrados a la mediocridad, se merece algo más. Deberíamos ser una gran ciudad para algo más que para llenar el Ayuntamiento de Directores Generales. No sé que da más, pena o vergüenza.
¿Se puede hacer mejor? Quizás. En Albacete, parece que sí. En Ciudad Real van a demoler un cine, el Cine Castillos, cuya parcela el Ayuntamiento seguro que ha recalificado para que se forren cuatro que seguro que ya están forrados. ¿Por qué no comprar la sala y usarla para una sede permanente y en condiciones para una FILMOTECA con mayúsculas? Así se mantendría ese edificio, que algún papel ha jugado en la historia de la ciudad. ¿Es mucho pedir? Puede que demasiado para este pueblo gobernado por gente poco ambiciosa (en lo público, que me parece que no en lo privado) y con una oposición incompetente, manifiestamente mejorable.
Por cierto, la película me gustó, aunque no me pareció para tanto. Igual si no me hubieran contado el final...
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