sábado, noviembre 03, 2007

El Paciente Inglés


De vuelta de un viaje de trabajo, contento, cansado, noches de invierno de mierda (lo siento, el frío no es para mí), ésta he vuelto a ver El Paciente Inglés. Recuerdo perfectamente el día en que fuimos a verla al cine, todavía el Cine Castillos, que pronto, como tantas cosas, pasará a la historia. Entonces me gustó y me ha vuelto a gustar. Juliette Binoche enamora solo con mirarla y me retrotrae a otro tiempo, el mismo lugar, cuando la vida tenía un poco más de azúcar y algo menos de sal. Recuerdo sentir envidia del protagonista por haber sido capaz de amar tanto. Hoy no la he sentido.

Lo único que me ha defraudado ha sido la fotografía, la recordaba magnífica y claro, no es lo mismo la pantalla grande de un cine que un televisor, aunque sea grande, aunque esté demasiado cerca, aunque yo cada vez vea menos. He vuelto a ver cine en la tele como cuando era estudiante, como hacía mucho que no hacía, solo en casa, tragándome hasta el último título de crédito, tragando saliva al terminar. Extrañas sensaciones; es lo que el cine tiene, se me había olvidado.

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