Como es tradición, ruta con comida anual que sustituye a la comida/cena de navidad, porque parece que antes en esta cena no se montaba en bici y había que padecer los palos de los restaurantes que abusan para celebrar la llegada de tan señaladas fechas marcadas por el amor... me parto de risa.
Este año tocaba ruta a San Pablo de los Montes, pasando por el Avellanar, un par de subidas potentes, la primera por la carretera, la segunda por la Cañada Real Segoviana. Las vistas del valle de Retuerta del Bullaque a un lado, y de Ventas con Peñaguilera al otro, simplemente espectaculares.
Pasamos junto a una de las balsas construidas para el repostaje de agua de los helicópteros de incendios forestales.
Las subidas duras, pero bueno, para eso estamos. Sobre todo la de la cañada, donde pasamos por un Robledo espectacular. En uno de los robles, alguien había tallado una curiosa cara en uno de sus nudos.
La comida muy bien, me dediqué a fotografiar culos de botellas, ya postearé las fotos. Os dejo con la descripción de uno de los compañeros de la peña de lo que se siente en estas rutas:
"La rutina diaria nos hace pensar a veces que vivimos por inercia. Afortunadamente compartimos una afición que nos libera de la opresión del hormigón el asfalto y sobre todo del ruido. Quizás la sensación mas liberadora es sentir el latido de tu corazón con el esfuerzo de cada pedalada y la segura promesa de un paisaje nunca antes vivido. Hay mucho de atávico en esta sensación, el silencio y formar parte del medio al que sin duda pertenecemos. El corazón se acelera y al final un valle se abre en el horizonte,cientos de viajeros antes y cientos después,mil sensaciones y todas una,principio y fin, emoción de niño con la incertidumbre del regalo. Miras a los ojos de los que te acompañan y estas seguro de compartir uno de esos momentos que la memoria guarda."
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