Después de la Vera, sin solución de continuidad, a Conil, con Kla y las amigas, que me adoptaron como animal de compañía, y eso que de pulpo, poco. Unos días de descanso (merecido) disfrutando de la playa, los pescaítos, y las olimpiadas.
Conil me ha gustado, estuve hace ya muchos años para matar algunos fantasmas del pasado, y ahora he estado suficiente tiempo para descubrir este bonito rincón (evidentemente no he llegado el primero). Buenas playas, poca gente (relativa), mucha joven (pocos mayores y pocas familias), temperatura agradable... todo OK.
Además, una vueltecita por Trafalgar donde asistimos a una espectácular puesta de sol, acompañados de una multitud de jovénes "alternativos" ambientados por humos de origen botánico, que irrumpieron en una cerrada ovación cuando el astro rey se despidió hasta el día siguente... un sonrisa gratuita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario