Hace ya unos cuantos días que fuimos a ver Biutiful de González de Iñárritu, con la esperanza de que fuera al menos tan buena como BABEL. La historia se desarrolla en la Barcelona suburbiual, en la Mina junto al Bessos, en el Raval, en los Turós, lejos de la ciudad que deslumbra. Pero esa otra Barcelona de inmigración y marginalidad también existe, como sucede en todas las grandes ciudades.La historia mezcla esta marginalidad con toques paranormales, para desarrollar una historia a veces un poco lenta, a veces increíble, pero sin duda interesante, en la que Javier Bardem se luce con un papel hecho a su medida. La historia asociada a la enfermedad, aunque aliviada por el conocimiento de que hay algo más allá de la muerte: ¡así cualquiera!
A mí me gustó, me pareció interesante, pero no me la terminé de creer, por eso no acabé llorando como le pasó a medio cine, quizás por estar más bregado en la realidad que ellos, mala suerte.
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