Conste que no tengo especial aprecio por los graffiteros, sobre todo esos que ponen firmas ilegibles y de dudosa estética en cualquier lugar. Sin embargo hay otros que además de guarrear las paredes, a veces, aportan algo. Este autorretrato está en Madrid, en Azca, no entiendo el mensaje del pollo en la lengua, pero algo querrá decir. ¿Alguna idea?
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