El domingo de Resurrección la lluvia nos ha dado una tregua y nos hemos ido con la peña del 7º piñón a bajar las grasas acumuladas esta semana de comilonas. La ruta de hoy incluía una fuerte subida a la Sierra del Gigante, para mi más dura que la ruta de hace 15 días. A mitad de la bajada he sacado la foto de cabecera con el embalse del Vicario al fondo. Hoy hemos disfrutado de muchos charcos pero con poco barro. Además, la primevera empieza a consolidar su presencia.
La bajada, espectacular y peligrosa (ha habido dos caídas, ninguna muy grave), me ha servido para comprobar de nuevo las ventajas de los frenos de disco y la doble amortiguación de la bici nueva. Una vez más una gozada.
Ya de vuelta hemos cruzado el Vicario por el viejo Puente de Nolaya que, si el nivel del embalse sigue subiendo con estas últimas lluvias, pronto volverá a quedar cubierto por las aguas.
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