No sé si por la torta del calor, o por lo que fuera, pero la ruta del domingo fue más sobre charloteo que sobre sufrir (afortunadamente). El caso es que nos acercamos a la ermita de las Cruces de Daimiel, y rodamos llanito todo el rato. Al final, a lo tonto a lo tonto, cayeron más de 50 km . Intentando hacer fotos sobre la bici me salió, sin querer, la de arriba.
Y para que el ingüévido se anime, arrojo la primera piedra, digo instantánea.
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