lunes, julio 23, 2007

Pinos Altos, Alonso y empaquetado


Este fin de semana poca actividad: cena en chiringuito el viernes, sábado de modorreo y meditación (en plan encefalograma plano más bien) y el domingo, el domingo, Pinos Altos, Fórmula 1 e inauguración del embalaje de mis trastos para la vuelta al hogar, o quizás debería decir, para dejar mi hogar y volver a mi casa, o la que a ver si de una vez por todas se convierte en mi casa. Mi balance de los últimos 20 años es un poco inestable:

4 años en Santander
1 año en Lieja
1 año en Santander
1 año en Charlotte
1 año en Ciudad Real (la puta mili)
3,5 años en Madrid, con tres pisos distintos y dos veranos de AVE en Ciudad Real
2,5 años en Ciudad Real en casa de mis padres.
3 años en mi piso
3 años en nuestro hogar, que no nuestro piso,
y ahora toca vuelta a mi piso, a ver si pongo el huevo de una vez.

No me quejo, casi todo lo he elegido yo.

Lo mejor del fin de semana, la subida a Pinos Altos. La primera vez que subí, el 25 de marzo, con la bici nueva casi de estreno, no pude con las rampas más duras que coinciden con un tramo en curva con mucha piedra suelta, donde hay que tener técnica (no me quejo) y, sobre todo, mucha fuerza, por lo que tuve que echar pié a tierra. Como podéis ver en el perfil de la ruta de hace 4 meses, se sube desde los 600 metros de Guadiana, hasta los 880 en unos 7 km, con una subida final dura, dura, sobre todo por lo malo del camino que te hace perder tracción, y si metes un piñón muy grande, te hace perder el equilibrio.



Ayer, como ya conocía la subida, decidí subir más despacio al principio para llegar con fuerzas a ese punto, de modo que conseguí llegar hasta arriba del tirón. Han pasado 4 meses y casi 1000 kms, y se nota que uno está más fuerte. Superar algo así es una de esas satisfacciones que, si bien no dan sentido a la vida, si que por lo menos alegran nuestra (pon tú un adjetivo calificativo aquí _________) existencia.

Por su puesto arriba tuve que poner la foto de la bici, con el amarillo de la llanura de cereal ya cosechado, un paisaje muy diferente del de hace 4 meses. Prueba superada.


A la vuelta, foto a los cardos secos de la casa de Santa María, junto al Guadiana.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"te voy a decir dos cositas":-)

me encanta ver tus fotos del paisaje manchego, incluidos cardos secos!!!

no te parece bonito hacer balance de los ultimos 20 años, y ver todo lo que has vivido; es un regalo!!!
(perdon por la cursileria perolos porretes y el cielo nublado a veces tienen estos efectos)

caius dijo...

Efectivamente, haciendo reflexiones con uno mismo en Irlanda me he dado cuenta que la mejor piedra a apoyo para afrontar el futuro (siempre nuevo), es el pasado, no como recuerdo, sino como colección de vivencias que poco a poco son una vida. Por eso escribo este blog, para que no se me olviden...