Un año ha pasado ya desde que subimos al telégrafo de cañada. Parece increíble, pero llevo un año saliendo con la bici, y la verdad es que, físicamente, se nota. En la subida al telégrafo el año pasado las pasé putas, me tuve que bajar de la bici, me pareció una burrada de subida, llena de piedras, chunga que te cagas.
Este año subí como si nada. Cierto es que empecé reservándome, recordando la subida de hace un año, pero vamos, que cuando me quise dar cuenta estaba arriba. La verdad es que los kilitos que me he quitao, el año saliendo (2000 kms más o menos), y la TREK se notan.
Desde lo alto del telégrafo vimos el Aeropuerto de nombre indefinido, que está practicamente terminado, como se medio adivina en la foto de cabecera. A ver si pronto lo inauguran y podemos empezar a volar.
Las fotos las hice con el móvil, por eso se ven raras.
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