Lo que empezó hace cinco meses como una aventura llega a su fin. Mañana me voy, dejo Barcelona, pero seguro que volveré. Uno siempre vuelve, es una de las pocas cosas que he aprendido en la vida.
El viernes estuve de cena con los bikers y sus amigos, de despedida, con el compromiso de volver, a otro Cabrerés o a otra ruta, cuando toque, cuando caiga. Me regalaron una foto ampliada que hicimos a primera hora antes de ir al Cabererés. Todo un detalle, que reproduzco, con la habitual censura amigable del blog.
Hoy me he ido al centro, a ver el MACBA (museo de arte contemporáneo de Barcelona), que era una de las cosas que me faltaban. El edificio bien, las exposiciones, una de fotos bastante chula, y unos lituanos que hacen instalaciones que tienen mucho mérito, sobre todo el de vivir de hacer chorradas como esas.
Luego un paseo por el centro, foto a una escultura de Chilida en la plaza del Rey (este no hacía chorradas), y ramblas abajo hasta el puerto. En el libro de Calvino de las ciudades invisibles, hay un pasaje en el que el viajero (Marco) llega a una plaza y se encuentra a si mismo, dentro de unos años, viviendo una vida diferente de la suya, la que podría haber sido si en otro momento del pasado hubiera tomado una decisión distinta. Hoy me he encontrado con uno de esos posibles futuros míos, y le he hecho una foto no se me fuera a escapar. ¿Será así mi futuro? No lo sé, pero eso ahora, da igual.
1 comentario:
¡¡¡ Bienvenido Celi-uster...!!!
Vaya montón de aguerridos chiclistas...
Xao
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