Dos años después de mi primera cicloturista (¡como pasa el tiempo!), vuelta a Carrión, a disfrutar de un paseíllo por el entorno de este activo pueblo (ya podía aprender la Capi). Nos juntamos unos pocos locos (5) que nos fuimos en bici a las 8:30 (esto de haber dejado la noche ayuda a madrugar los domingos), para estar a las 9:00 en Carrión para inscribirnos. Allí estaban ya unos cuantos del 7º, y con el tiempo fueron llegando más hasta 17, lo que hizo que, al final, nos dieran, por segunda vez consecutiva, el premio a la peña más numerosa (y escandalosa, y cachonda, y lo que sea).
La ruta salió hacia la Atalaya, y nosotros como siempre, de cháchara la cola. Al llegar al cerro me probé un poco porque quería ver como respondía la rodilla: el domingo anterior me resentí, pero debió ser porque se me bajó el sillín, porque este fin de semana todo ok gracias a ¿Dios?). Tras remontar, me paré para hacer fotos a los compadres de la peña, y desde ahí, relajados hacia el Puente de Malvecinos.
Tramo tranqui hasta la Ermita de Carrión junto a Calatrava la Vieja (cada vez más excavada y reconstruida, o consolidada, no entiendo), y avituallamiento abundante (en parte gracias a que hubo menos inscritos que otros años, es lo que pasa con los puentes).Desde allí salían unos 13 km de tramo libre para zurrarse el que quisiera. Yo al principio no quería, pero me encontré bien, así que me zurré acompañandome un socio del 7º haciendo minitarea de equipo. Evidentemente no gané, pero me divertí un rato.
El tramo acababa en la casa de la Dehesa (otro telégrafo óptico al que solemos subir), y allí nos reagrupamos para, despacito, volver a Carrión. Paseo triunfal por las calles del pueblo saludando a los paisanos y al polideportivo, a sortear regalos (como siempre no me tocó nada, si obviamos una medalla por formar parte de peña más numerosa), y comilona con migas, caldereta, etc...Una gran fiesta, una gran organización, enhorabuena a los Carrioneros y gracias por todo, el año que viene, volveremos.
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