Módena, y en menor medida Bolonia, me sorprendieron por la invasión de bicis. Cuando vi su ronda y su centro peatonalizado (más bien "bicicleteado"), pensé que Módena (conocida por el vinagre y por un Ferrari, que se fabrica cerca, en Manarello) era una ciudad pequeña como Ciudad Real, pero en wikipedia descubro que tiene 180.000 habitantes.
Todo Módena está invadido por bicis (como se ve en la foto de arriba), con aparcamientos por todas partes, y gente de todas las edades usándolas por doquier.
De tantas bicis que hay, existe el problema del abandono de bicis semiabandonadas (robadas, saqueadas), de modo que periódicamente son retiradas, como anuncia el cartel de arriba.
Las bicis son identificadas con una pegatina que anuncia su próxima retirada (como se ve en la foto, gran parte de la bici ya ha sido reciclada, de una manera más simple y sencilla a como se reciclan los coches).
Tanto en Módena (amarillas) como en Bolonia (rojas) existen bicis de préstamo, con un sistema curioso y diferente a los usados en España que yo sepa. El usuario tiene una llave con la suelta la bici (la llave se queda en el aparcamiento) y solo se recupera cuando se devuelve la bici.
El sistema es simple y eficaz, el inconveniente es que las bicis no rotan, como sucede en el bicing de Barcelona, pero por el contrario, parece un sistema eficaz en ciudades pequeñas con menos puntos de préstamo y menor intensidad de uso (a pensárselo en Ciudad Real, donde el sistema de enviar SMS es pataterillo, uy disculpen he dicho pensárselo, ha sido sin querer, no quería ofender, disculpenme si alguién se ha dado por aludido, vamos que no quiero decir que piensen, que ya sé que eso no es buena costumbre).
Para mejorar la seguridad de las bicis, el Ayuntamiento ha puesto en marcha un sistema de matriculación de bicis.
En Bolonia hay un chiringuito informativo de las redes de carriles bici, de las medidas de promoción realizadas, de los puntos de préstamo de bicis, de la señalización, etc...
En Bolonia hay señalización de itinerarios ciclistas, con las distancias a diversos puntos de interés, etc...
En Bolonia también encontré una de esas bicis tristes pintadas de blanco colocadas en recuerdo de un lugar donde murió un ciclista, como aquella que encontré en la vía verde de Girona a Olot hace ahora un año (joder como pasa el tiempo...)
Pero también encontré alegres bicis verdes, con sus margaritas, siempre las margaritas.
Cada vez que voy a Alemania, Holanda, un país nórdico, o a alguna de las ciudades españolas donde se ha apostado definitivamente por la bici (Barcelona, San Sebastián, Sevilla, etc...), uno entiende menos la miopía de los catetos políticos de todas las ideologías que nos gobiernan en todas las administraciones.
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