Ayer cogí la bici y me bajé por el carril de la Diagonal hasta la Sagrada Familia, que se ha convertido en show para turistas con los alrededores están llenos de tiendas de souvenirs. La fachada sur, la nueva, cuenta con unas curiosas esculturas, eso sí, nada que ver con las de la otra fachada, la que construyera Gaudí. La visita al interior la dejo para cuando me lleguen las visitas.
Después una vuelta por la Torre Agbar, tan curiosa e impresionante de noche y lejos, como insulsa de cerca y de día. Por eso pongo esta foto, que seguro que solo la he hecho yo. Nouvel, grandísimo arquitecto que como urbanista no tiene ni puta idea: esperemos que su cagada planteada para Toledo bajo el paraguas del Civitas Nova (no tan nova, de los 50 diría yo) se quede en una más de esas grandilocuentes ocurrencias de los genios que por desgracia tanto gustan a los políticos paletos, o los paletos metidos a políticos. Tant pis, M. Nouvel, vous n'avez rien à perdre, mais Toledo si.
En la playa un ambiente genial, la gente paseando, con las bicis, los perros, los críos. Vi un partidillo de chavales que no veas lo en serio que se lo tomaban. Me llamó la atención la cantidad de niños con melenitas que hay hoy en día, no sé si porque iban todos para estrellas del fútbol, o simplemente porque los papás de hoy tienen menos sentido práctico que los nuestros. A mi, a la que me descuidaba, me rapaban como a un habitante de Auswitchz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario