Después del Puente de las Ovejas y del Martinete de los Pozuelos vuelta por la ribera del Guadiana donde todavía nos esperaban interesantes sorpresas. La primera, la carretera del Martinete, que conserva interesantes pontones, y restos de pretiles y guardarruedas de los mismos: es curioso porque la gran mayoría de las carreteras del XIX han sido acondicionadas para el automóvil, con lo que ver una en su forma más o menos original es raro, por cierto, ahora formando parte de la ruta del Quijote.
Después, los molinos y puentes del Guadiana. El primero el Molino de Valbuena con su puente de arcos de ladrillo. Éste, como se encuentra junto a la carretera de Corral a Alcolea es facilmente visitable. En su día también fue fábrica de luz, como todavía delatan algunos postes metálicos. El puente está en bastante buen estado, aunque no paramos, solo unos segundos para hacer la foto.
Después seguimos por el Guadiana, tras cruzar el Jabalón en un puente habitual de nuestras rutas, siguiendo su curso hasta llegar al molino de los rodeznos. Me acerqué a echarle un ojo al puente y el molino, que como tantos en el Guadiana, se encuentra ruinoso, esperando que alguien se acuerde de este patrimonio pre-industrial que en su día fue tan importante. Si esto fuera el país vasco, en el molino habría un restaurante de puta madre, y la gente se pelearía por ir allí a comer.
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