Como era domingo, tocaba bici. Ayer anduve en la playa y la Sagrada Familia, pero hoy me he puesto el casco decidido a hacer mountain bike del bueno. Después de subir, subir y subir, he llegado a un paseo que recorre el cerro a media ladera. Mucha gente, muchos papas con los niños, gente mayor paseando, una especie de vía verde a lo bestia. Al final un chiringuito guapo donde no me he tomado nada, porque no llevaba pelas.
El paseo agradable, pero muy tranqui. Cuando estaba pensando en irme, ha aparecido un sendero lleno de piedras, que he decidido subir. Me he encontrado con varios que bajaban y al rato he descubierto que ese no era camino para subir, sino para bajar.
Saliendo del sendero me ha abordado otro ciclista que se ha fijado en mi Grisley Mega 10. El llevaba una doble, tuneada por todos los sitios, y me ha dicho que se dedica a montar bicis. Me ha metido por unos senderos y bajadas que me han hecho echar de menos a mi TREK Fuel EX6. Me ha acabado ofreciendo una doble por 100 a cambio de mi bici. Una Mondraker Pensacola, con todo cambiado, que no estaba mal, pero me da no sé qué deshacerme de fiel Grisley. Por 250 me pasa la Mondraker, no sé, no sé. Me tenía que haber traído la TREK.
La verdad es que necesito una bici buena, si voy a seguir saliendo aquí en Barcelona, me ha dado el teléfono y he quedado para el viernes probarla bici. No sé si se la compraré, pero por lo menos me enseña rutas. Bueno, en todo caso, las vistas de la ciudad espectaculares, y eso que había una cierta bruma. Las rampas tampoco nada mal.
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