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Como aquello fue creciendo, alguien decidió restringir el número de peñas participantes, con lo que había que tener amigos en ciertas peñas organizadoras o darse mucha prisa para conseguir un puesto en el concurso. Resultado, el personal pasó del concurso oficial, y se montó la zurra por su cuenta, con lo que ya no era necesario esperar a que pasara el jurado, ni a que te dieran los ingredientes, ni a nada, y así, aquello empezaba cada año antes, cada año con más calor, cada año más rebozados en zurra, hasta que la degeneración llevó a trasladar la zurra al recinto ferial, y en esas andamos, parece que con la fiesta estabilizada, aunque yo hace ya unos años que no paso por allí, Dios me libre. Y he de reconocer que en las zurras de la Pandorga me lo he pasado genial muchos años, pero eso ya pasó.
La noche de la Pandorga y los toros de fuego es otra historia. Recuerdo cuando, y el pañuelo debe ser de la época, por las obras del parking de la plaza Mayor, la fiesta se trasladó a la Plaza de los mercedarios (donde el PSINDI ese del que ya hable por aquí). Recuerdo ese año porque corrimos los toros muy cerca y algún amigo acabó chamuscado.
Recuerdo muchas pandorgas, amalgamadas en una sola, todas lejanas, porque de las últimas 6 o 7 he huido. Ayer fue parecido, huimos en bici de una fiesta para la que hace tiempo que empezamos a ser un poco viejos.
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