9:00 de la mañana, estación de AVE de Ciudad Real. El uesmaster del séptimo, Kla y un servidor compramos billetes y preguntamos: ¿se puede llevar la bici en el tren? Respuesta: claro, estos trenes están preparados para ello. Subimos al andén de la vía 5, sin control de acceso, sin seguridad... Nos acomodamos, 12 personas en todo el coche.
Llegamos a Alcázar y tras poner los GPS en marcha con una ruta que nos ayudaron a perfilar la gente de rutas por alcazar (gracias), comienza nuestra ruta. Primera etapa: las lagunas de Alcázar, Lugar de Interés Comunitario, refugio de la fauna. Tres grandes lagunas llenas de aves, entre ellas flamencos. Al final de las lagunas una central fotovoltaica.
Giro hacia el sur y, con el viento en popa, recorremos la Cañada Real Soriana en paralelo al Cigüela o Jigüela según se lea. Llegamos a la junta de los ríos (Záncara y Cigüela) tras pasar por al casa guerra, y cruzamos el Záncara por un extraño puente antiguo reparado crutremente con ladrillos aligerados... Eclecticismo Rural Español. Claro que peor es el puente que están haciendo los de Tragsa: cutre, cutre, cutre. Seguro que ningún arquitecto firmaría una obra así.
Poco más adelante encontramos los restos del canal del Gran Prior, interesante obra de ingeniería agrícola del XVIII (obra de Juan de Villanueva), que lamentablemente está perdido (como el agua), solo conservándose algunos tramos, pontoncillos y obras de derivación.
Los puentes son lo más sorprendente, sobre todo uno que se encuentra rehabilitado en Alameda de Cervera, donde nos tomamos un bocata. Por entonces llevábamos unos 40 kilómetros de puro llaneo.
Desde Alameda salida hacia el norte, sufriendo un fuerte viento de cara, y observando de cerca las paleodunas características de esta zona del Záncara. Las paleodunas son grandes dunas fósiles (que ya no se mueven) situadas sobre el soporte calizo de La Mancha, y que suelen estar plantadas por viñedos y donde proliferan los pinos.
Tras un buen rato peleando contra el viento, llegamos al puente de San Benito, sobre el Záncara. El puente se encuentra en una carretera de Diputación y se caracteriza por una curiosa barandilla de fundición. El puente ya aparece en las relaciones topográficas de Felipe II, con lo que pronto cumplirá 500 años. Lo increíble es que esté en este deplorable estado de abandono. No sé si la Diputación, la Junta, o el Ayuntamiento, pero alguien debería hacer por algo por repararlo. ¡Verguenza debería de darles!
Desde allí continúa nuestra batalla contra el viento para llegar a Campo de Criptana. Tras visitar el centro y el pósito, subida a los molinos, desde donde pudimos disfrutar de una vista espectacular de la llanura manchega.
Más adelante, pasamos por la ermita de San Isidro...
... y luego a Alcázar otra vez. Le echamos un vistazo a las locomotoras del museo ferroviario. Después visita a los principales monumentos de Alcázar para acabar con un colacao y unos dulces en una pastelería donde hicimos hora para coger nuestro tren de vuelta.
A la vuelta el tren atestado de estudiantes, y el revisor amenazando con no dejarnos subir ¿pero no se podía? Pues resulta que de lunes a viernes no. Renfe tiene que hacerse mirar lo suyo con las bicis antes de que les acusen de antiguos. Al final las amenazas no van a más y subimos con las bicis y muchos estudiantes volviendo de fin de semana. Una aventura a repetir.
2 comentarios:
Me alegro de que os gustara la ruta, un saludo
Fran Lorente, Rutasporalcazar.com
Muy chula, aquí dejé constancia de ella, para los que vengan en el futuro. A ver si este otoño - invierno repetimos por allí, que merece la pena. Muchas gracias por todo de nuevo.
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