Escapada por motivos laborales a Bilbao, ciudad transformada por obra y gracia de un museo, el Guggenheim (de un tal Gery que también ha hecho una bodega en El Ciego) que esconde una transformación urbana más potente (e interesante).
La visita, corta, pero incluyó con una visita al museo con una interesante exposición sobre el suerrealismo y una cena a cargo de un tal Martín Berasategui (creo recordar), que todo hay que decirlo, cocina bastante bien, aunque no sé como puedo el solo hacer la cena para tanta gente, y eso sin entrar en el tema de la compra.
Bien por Bilbao, sacando la cabeza de un pasado industrial, en ese país de contrastes que es el País Vasco (para unas cosas tan adelantados, para otras en la edad de piedra).
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