miércoles, febrero 20, 2008

Una de dragones


Todos los días paso por delante de este dragón, que está junto a mi residencia. La puerta de los antiguos pabellones Güell, obra, como no, de Gaudí. Parte de ese modermismo Barcelonés que va más allá del Paseo de Gracia, lo llena todo de un aire mágico.


No creo en dragones, pero éste, me gusta. Prometo mejores fotos, a ver si sale el sol.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Como se nota que el bueno de "Toni" gustaba de las setas alucinógenas, algo evidente en su obra y en el hecho de que muriese atropellado por un tranvía, que debía ir a diez por hora. Sólo que por entonces al flipe le llamaban "misticismo" ;-)

Amosanda

caius dijo...

Exacto, yo siempre he dicho que la Virgen se aparece a los pastorcillos que a saber que comerían... Si la Virgen quisiera tener repercusión, se dejaría de pastorcillos y se aparecería a un reportero de la CNN. Pero claro, a la Virgen no le debe importar tener adeptos... ¡que decepción para los misioneros!
En todo caso "el gaudí" dejado una herencia que ya quisiéramos en tierras del "increíble" Museo del Quijote.

Anónimo dijo...

Bueno, al hidalgo Don Quixote igual le iban los espárragos alucinógenos, porque lo de confundir molinos por gigantes...

Amos

caius dijo...

También es posible que fuera el olor de los piés de Sancho, por eso éste estaba inmunizado.