Si ya sé que no era domingo, pero como uno de los colegas de las bicis de aquí libraba, nos escapamos el jueves para hacer una ruta guay por una Collserola casi desértica. El menú lo de siempre, trialeras de infarto, y cuestones.
De aperitivo, subida al Tibidabo. No es que haya que ser superman para subir, pero bueno, siempre es una de esas cosas que contar a los nietos: yo subí al Tibidabo en bicicleta. Como no tengo nietos, ni parece fácil que los vaya a tener alguna vez, pues pongo esto aquí,y vosotros, queridos lectores hacéis de nietos (dos o tres). Y por si alguien no se lo cree, pongo mi foto con el móvil.
Después de un par de trialeras espectaculares, en un tramo sin excesiva dificultad me acerqué a ver el suelo de cerca que hacía mucho que no le hacía una vista. Lo malo es que la bici se quiso venir conmigo, y al final hicimos una extraña cabriola en la que acabé sentado en el suelo y ella boca arriba a mi lado. Nada grave.
2 comentarios:
Ten cuidado con el sheriff Newton "abuelo" ;-)
Amos
Tiene usted toda la razón, pero es que a veces te la sensación de poder volar... y claro, al final te vuelven a poner los pies en el suelo (con suerte), porque otras pones el culo, la espalda, la cabeza...
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